HOY EL RETO DEL AMOR ES HACERSE PEQUEÑO

Jugando a pídola

Hola, buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

El otro día me enviaron por e-mail esta imagen tan encantadora de Juan el Bautista y Jesús cuando eran niños, jugando a las cosas que suelen jugar los niños: al juego de saltar a pídola o al potro.

Pensé en el escultor al que se le ocurrió hacer esta sugestiva imagen. ¡En verdad que era un gran artista y también muy original y divertido! No conozco en toda la iconografía española cosa igual… ¡me encanta!

Poco a poco me fui dando cuenta de todo lo que significaba la imagen de Jesús y su primo Juan, jugando tan desenfadadamente, como si nadie los observara. Juan está debajo de Jesús, pero este se apoya con las dos manos en aquel, de forma que sostiene todo su peso. Juan manifestó a Jesús a todo el pueblo judío, fue su soporte.

El evangelio de san Juan dice que Juan Bautista dio testimonio de Jesús ante todos, proclamando que era el Hijo de Dios y era también el Cordero de Dios que lleva sobre sí los pecados de todos los hombres.

Juan Bautista sabía que tenía que menguar, que tenía que estar debajo de su primo y amigo. “Y mi alegría está colmada”, dijo Juan al ver a Jesús hablar y bautizar mejor que él: Jesús lo hacía con el Espíritu Santo y Juan, solo con agua.

Esta escena de los dos primos, me pareció que es toda una enseñanza sobre Jesús y Juan y su relación tan estrecha en el camino de la Salvación de los hombres. Por esto, no es de extrañar que también, ya de niños, manifestaran la fuerza del Evangelio... hasta en sus juegos.

Hoy el reto del amor es hacerse pequeño, como Juan, para que los demás crezcan y se manifieste en ellos que en verdad son hijos de Dios. Para ello, te invito a ceder en la palabra y los gestos, sobre todo ante los que parecen más insignificantes. Que hoy tu actitud manifieste el amor de Dios y su predilección por lo pequeño y pobre, su ternura por aquello que parece destinado al “descarte”, como predica nuestro Papa Francisco. ¡Que Jesús crezca en ti!

VIVE DE CRISTO

Fuente: Dominicas de Lerma