Cada año en Carpentras, representantes electos y creyentes recuerdan juntos un milagro que tuvo lugar en la noche del 9 al 10 de julio de 1629
Adivina qué están haciendo los
representantes electos de Carpentras (Vaucluse, Francia) a las 3 de la
madrugada del 9 al 10 de julio. ¿Lo adivinas? Van a la iglesia. En efecto,
durante una misa nocturna, los representantes de la comuna depositarán, como
cada año, las llaves de la ciudad en el altar de la Virgen de la capilla de
Nuestra Señora de la Salud en recuerdo de un milagro que data de hace cuatro
siglos.
Volvamos la vista atrás: en el
verano de 1629, la peste se extendió por el sur de Francia. Los habitantes de
Carpentras, amenazados, se pusieron a rezar. A las tres de la madrugada, las
campanas de la iglesia comenzaron a sonar milagrosamente, indicando a la
población que se habían salvado. Los cónsules de la ciudad rindieron entonces
homenaje a la Virgen depositando a sus pies las llaves de la ciudad. Desde
entonces, cada año se reza una novena en memoria de esta liberación por
intercesión de María, durante la cual se le confía cada barrio de la ciudad
provenzal. La novena termina en la noche del 9 al 10 de julio.
Se esperan entre 300 y 400
habitantes de Carpentras para la tradicional procesión de antorchas, a la que
seguirá una misa celebrada a las 3 de la mañana y luego un desayuno.
Representantes de la comuna estarán presentes y depositarán simbólicamente las
llaves de la ciudad en el altar de la Virgen de la capilla de Nuestra Señora de
la Salud.