No
podemos vivir sin el domingo. Y la tibieza de los padres ante el domingo
produce la incredulidad de los hijos
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Misa / Crédito: Flickr Lawrence OP (CC BY-NC-ND 2.0) |
El
Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, llamó a
los fieles, especialmente a los padres de familia, a no descuidar la asistencia
a la Misa dominical durante las vacaciones.
En
su escrito semanal difundido este jueves 26 de julio, en el que reflexiona
sobre cómo vivir de forma cristiana el período vacacional, los días festivos y
los fines de semana, Mons. Rodríguez Plaza lamentó que se priorice el ocio
frente a la Misa dominical.
“Con
esta variedad de ocupaciones en fines de semana o en vacaciones con frecuencia
familias cristianas enteras, los jóvenes y los menos jóvenes, se acostumbran a
dejar la Misa dominical y a olvidar el carácter sagrado del domingo”, lamentó.
En
este sentido, señaló que “alguien ha dicho que el domingo está dejando de
existir. Se habla, sí, del ‘fin de semana’ como un bloque de tiempo indiferenciado,
dedicado al ocio y a la diversión”.
El
Arzobispo de Toledo indicó que no se puede perder la Misa dominical, porque “si
llegáramos a perder el sentido sagrado del domingo, sería una pérdida
gravísima; pero no sólo cristiana religiosa, sino también cultural”.
“Perder
el domingo –subrayó– es tanto como perder la gratuidad y la hondura de la vida,
perder el recuerdo de la Palabra de Dios y con ella la referencia a Dios en el
espesor de la vida cotidiana, y el mismo sentido moral y cristiano de nuestras
relaciones y actividades. Con el domingo perderíamos mucha humanidad”.
Mons.
Rodríguez Plaza insistió: “En nuestro mundo, sin la Misa dominical, peligra el
ambiente cristiano de la familia: niños y jóvenes crecen ya al margen de la
Iglesia y de la fe. Las diversiones, y su séquito de dinero, pereza, erotismo,
etcétera, van invadiendo poco a poco la vida personal y familiar”.
Por
ello, animó a las familias cristianas a esforzarse a ir a Misa los domingos:
“Entre todos tenemos que cuidar de que las celebraciones dominicales sean un
acontecimiento hermoso y religioso, que llegue al corazón. Ya sé que no es esta
tarea fácil. Que habría incluso que preparar en familia entre semana, al menos
un día, la Misa del domingo, y saber cuáles son las lecturas”.
“Pero
es tan importante el domingo, nos jugamos tanto los católicos en ello, que me
gustaría que os quedase esa preocupación: sin el domingo bien celebrado no
podéis conservar una fe vigorosa ni podréis trasmitirla a vuestros hijos”.
El
Arzobispo Primado de España finalizó su escrito recordando que “cuando tantos
se están acostumbrando a prescindir del domingo, no es posible que no nos demos
cuenta de que poco a poco dejamos de ser cristianos. Tenemos que decir claro y
muy alto: ‘No podemos vivir sin el domingo’. Y la tibieza de los padres ante el
domingo produce la incredulidad de los hijos”.
Fuente:
ACI Prensa