Entrevista al obispo Sergio Melillo, que ya está
aplicándola
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MASSIMILIANO MIGLIORATO PP November 04,2013 : Meeting of inauguration of the judicial year of SACRA ROTA |
Uno de los resultados de mayor relevancia
de los dos Sínodos sobre Matrimonio y Familia (2014-2015) ha sido la
reforma del proceso canónico para las causas de declaración de nulidad
matrimonial, que no había sufrido cambios sustanciales desde
los tiempos del papa Benedicto XIV, en el siglo XVIII.
Con los dos Motu proprio ”Mitis Iudex Dominus Iesus”
y ”Mitis et Misericors Iesus”,
publicados el 15 de agosto 2015, el papa Francisco, reordenaba ex
integro la
materia, estableciendo tres tipos de proceso: ordinario,
breviore y documental.
De los tres tipos, el ordinario y
el breviore expresan
un cambio real respecto al del siglo XVI: la abolición de la doble conformidad, y por
tanto la nulidad del matrimonio con una sola sentencia afirmativa en el proceso
ordinario (dejando en cualquier caso la posibilidad de
apelación de la parte contraria); y la introducción de un tipo absolutamente
nuevo de proceso el llamado breviore, sobre el que se
pronuncia personalmente el obispo titular de la diócesis.
El tema, tan importante por el
Papa que surgió como urgencia en el camino entre ambos sínodos, ha sido
relanzado recientemente durante la 71ª Asamblea General de la Conferencia
Episcopal Italiana, que ha previsto una actualización sobre la
reforma del régimen administrativo de los tribunales eclesiásticos en materia
matrimonial.
Todo esto, teniendo en cuenta
también las dificultades de varios tipos que frenan a los obispos a la hora de
aplicar tan gran reforma.
Hemos hablado con Sergio
Melillo, obispo de Ariano Irpino, uno de los primeros en Italia
en acoger las instancias del Santo Padre.
Monseñor
Melillo, en su opinión, ¿por qué el Papa Francisco ha vuelto a hablar
personalmente sobre este tema?
Francisco enseña que dos perlas
tienen que acompañar esta reforma: la proximidad y la gratuidad.
Para el Papa, proximidad
significa que el juicio, en la medida de lo posible, debe celebrarse en la
iglesia diocesana.
La gratuidad remite al
mandato evangélico según el cual “gratuitamente se ha recibido y gratuitamente
se debe dar”, por lo que se pide que el pronunciamiento eclesiástico de nulidad
no equivalga tout-court, en la mente del fiel, a un coste
prefijado.
Como pastor sé bien que nuestra
gente, si es oportunamente informada, comprende que las personas pudientes
contribuyan en justicia al proceso.
¿Cuál
es el centro de la reforma y su experiencia directa?
Ante todo, está la visión de
proximidad a las familias heridas, es una elección fundamental de la pastoral
hoy.
Esta reforma
va a llenar una distancia entre la vida pastoral y la modalidad para afrontar
las cuestiones internas judiciales.
El planteamiento del papa
Francisco, y por tanto de los dos Motu Proprio “Mitis”, además de los
tribunales que han erigido algunos obispos, han hecho que la pastoral familiar
se acerque en esta dirección.
La dimensión
pastoral del obispo debe comprender su función personal de obispo
juez, en el proceso llamado breviore.
Eso no solo manifestará la
proximidad del pastor diocesano a sus fieles, sino también la presencia
del obispo como signo de Cristo sacramento de salvación.
Francisco insiste en que el
obispo sea visto por sus fieles como un padre próximo a sus dificultades y a
sus fracasos; encarnando la figura de Cristo que se pone la oveja perdida a los
hombros; abandonando finalmente el modo jurídico-burocrático de administrar la
justicia.
He vivido personalmente en mi
diócesis, en la que aún hay una relación personal y directa con los fieles, el
valor posible de un diálogo fecundocon cada
persona.
También en este sentido
considero que la reforma puede considerarse verdaderamente histórica.
¿Ahora
será más fácil poder tener la nulidad del matrimonio?
Es una pregunta crucial que
requiere respuestas claras con el fin de no difundir confusión y abusos.
1- La diferencia entre divorcio
y nulidad del matrimonio o anulación eclesiástica del
matrimonio reside en el punto fundamental de que la Iglesia no es libre de disolver un
vínculo sagrado que resulte evidentemente válido (mientras
el Estado moderno por desgracia admite la posibilidad de romper el vínculo
civilmente válido).
2- El proceso matrimonial,
llevado según la ley canónica y según la conciencia, puede determinar si el
fiel, por los motivos previstos por el legislador canónico (ejemplo: por grave
defecto de conocimiento o madurez, por constricción, por haber excluido los
hijos, …) ha emitido un consentimiento
viciado, es decir, nulo.
3- Si el obispo, en el proceso
llamado breviore, y
el Vicario judicial en el proceso ordinario, se mantienen fieles al principio
fundamental de que no puede declararse nulo un matrimonio sin
la cierta evidencia procesal de los hechos, no debería existir
riesgo ni de abusos ni miedo o temor de responder a las preguntas de los fieles
que piden la verdad sobre su propio vínculo.
El papa Francisco ha expresado
muchas veces en su magisterio que el Pastor, a pesar de las dificultades,
debe permanecer inmune al peligro de abusos y miedos, en la medida en que
encarna a Cristo, sacramento de paz.
Me parece que el Papa, con su
paternal insistencia en nuestro último encuentro, ha querido ayudarnos a los
obispos a superar la dificultad de acceder en plena y total obediencia a la
reforma, terminando por ejemplo con los Tribunales Regionales, precisamente por
cumplir la ley de la proximidad.
¿Qué
opina del impacto de la Amoris
Laetitia en
las Iglesias diocesanas de Italia ?
Ante todo debemos al papa
Francisco una gratitud inmensa por la Exhortación apostólica Amoris
Laetitia, por dos motivos: porque nos ha trazado un
camino rico y actual para recuperar la belleza y la posibilidad de la familia
cristiana; y en segundo lugar, porque junto a los obispos
reunidos en dos sínodos nos pide a los pastores que seamos artífices de una Iglesia de la
Misericordia.
Nos toca a nosotros hacer que
este gran documento no corra el riesgo de tantos otros documentos pontificios
convertidos en memoria de archivo.
El papa Francisco nos pide con Amoris
Letitia que no dejemos para la posteridad una iglesia pusillus
grex, un círculo de pocos cerrado al soplo creador del Espíritu.
Silvia Costantini
Fuente:
Aleteia