El
Papa a la hora del Ángelus, en la Solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y
Pablo, meditó sobre la identidad de los cristianos, dada por el mismo Jesús y
narrada en el Evangelio del día
En la
Solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, tras haber celebrado la Santa
Misa en la Plaza de San Pedro, con la bendición de los palios para los nuevos
arzobispos Metropolitanos, como de tradición, Francisco subió al palacio
apostólico para rezar desde allí la oración mariana del Ángelus, junto a los
fieles del mundo presentes en la plaza.
La Solemnidad de Pedro y
Pablo nos lleva a las raíces de la fe
En
su alocución previa a la oración mariana el Romano Pontífice hizo presente que
en esta Solemnidad, la Iglesia peregrina “va a las raíces de su fe”, celebrando
a los Apóstoles Pedro y Pablo:
“Sus
restos mortales, custodiados en las dos Basílicas a ellos dedicadas, son tan
queridos por los romanos y por los numerosos peregrinos que vienen de cada
parte del mundo a venerarlos”.
Abrirse a la Verdad de Cristo
Deteniéndose
en el Evangelio que la liturgia ofrece en esta fiesta, Mateo 16, versículos 13
al 19, que narra el diálogo en el que Jesús interroga a los discípulos acerca
de su propia identidad, “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ; «¿Quién
dicen que soy Yo?”, el Papa explicó que con estas dos preguntas Jesús “parece
decir” que “una cosa es seguir la opinión corriente, y otra es encontrarlo a Él
y abrirse a su misterio”, en donde se descubre “la Verdad”.
“La
opinión común – precisó el Papa - contiene una respuesta verdadera, pero
parcial. Pedro, y con él la Iglesia de ayer, hoy y siempre, responde, por la
gracia de Dios, la verdad: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (v.
16)”.
Pedro da la respuesta
simple y neta: Jesús es el Hijo del Dios viviente
Así
Francisco continuó explicando que a lo largo de los siglos, el mundo ha
definido a Jesús de diferentes maneras: “un gran profeta de la justicia y el
amor; un sabio maestro de vida; un revolucionario; un soñador de los sueños de
Dios”.. Y afirmó que “en la babel de éstas y de otras hipótesis, se destaca aun
hoy, simple y neta, la confesión de Simón, llamado Pedro, un hombre humilde y
lleno de fe: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente’”.
“Jesús
es el Hijo de Dios: por ello Él está perennemente vivo como eternamente vivo
está su Padre. Esta es la novedad que la gracia enciende en el corazón de quien
se abre al misterio de Jesús: la certeza no matemática, pero aún más fuerte,
interior, de haber encontrado la Fuente de la Vida, la Vida misma hecha carne,
visible y tangible en medio de nosotros. Esta es la experiencia del cristiano,
y no es mérito suyo: nosotros cristianos, no es mérito nuestro, sino que
proviene de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todo ello está contenido en
‘germen’ en la respuesta de Pedro: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente’”.
Cuando
Jesús pronuncia la palabra "Iglesia", expresa todo su amor hacia ella
El
Obispo de Roma prosiguió con su reflexión expresando que también la respuesta
de Jesús “está llena de luz”. Cuando expresa «Tú eres Pedro, y sobre esta
piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra
ella», es la primera vez que Jesús pronuncia la palabra “Iglesia”, y lo hace
expresando todo el amor hacia ella. La define «mi» Iglesia, acentuó Francisco.
“Es
la nueva comunidad de la Alianza, no basada más sobre la descendencia y la Ley,
sino sobre la fe en Él, Jesús, Rostro de Dios”.
Memoria de la fe del Beato
Pablo VI
En
el final de su reflexión, en esta Solemnidad tan importante para el corazón de
la Iglesia, el Papa recordó la oración con la que el Beato Pablo VI, cuando era
aún Obispo de Milán, expresó la fe, y oró para que “por intercesión de la
Virgen María, Reina de los Apóstoles, el Señor conceda a la Iglesia, a Roma y al
mundo entero, ser siempre fiel al Evangelio, a cuyo servicio los santos Pedro y
Pablo han consagrado su vida”.
He
aquí la oración del futuro santo: «Oh Cristo, nuestro único Mediador, Tú nos
eres necesario para llegar a la comunión con Dios Padre, para transformamos
contigo, que eres su Hijo único y Señor nuestro, en sus hijos adoptivos, para
ser regenerados en el Espíritu Santo». (Carta Pastoral, 1955).
El saludo del Papa a los
nuevos cardenales y a los fieles
Después
de la oración mariana, dirigiéndose a los cerca de 30 mil fieles presentes en
la plaza, haciendo presente los eventos del día, a saber, la celebración de la
Eucaristía con los nuevos Cardenales creados en el Consistorio del jueves 28 y
la bendición de los Palios que vestirán los Arzobispos Metropolitanos nombrados
en este último año, Francisco renovó su saludo a todos ellos y expresó su deseo
de que puedan vivir siempre con entusiasmo y generosidad su servicio al
Evangelio y a la Iglesia.
Además
recordó que recibió con afecto a la Delegación que llegó a Roma en nombre del
Patriarca Ecuménico su “querido hermano”, Bartolomé, y manifestó que “esta
presencia es un ulterior signo del camino de comunión y de fraternidad que
gracias a Dios caracteriza nuestras Iglesias”.
Por último, su cordial saludo a todos los fieles presentes de tantas partes del mundo, a los romanos, y su agradecimiento a los artistas que realizaron la tradicional “infiorata” a lo largo de la Vía de la Conciliación, y su pedido de oración.
Griselda
Mutual – Ciudad del Vaticano
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