Así
salió todo
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Israel
ayer hablaba de la cocina... La verdad es que yo salía triunfal en reto que
escribió, pero, ¿quieres saber la realidad que hizo posible su reto? Te lo voy
a contar.
Sí,
estaba sola ante el peligro y con la tensión de que el resto tenían que comer.
Mis hazañas coincidían con que toda la Comunidad estaba limpiando alcachofas en
una sala, pero había tráfico constante de monjas a traer cacharros, a por
agua... y así me vi acompañada toda la mañana.
Hubo
un momento en que las patatas del horno no se hacían del todo, los cacharros
sin fregar me comían a mí... Miraba todo y pensaba: “¡Hoy no comen!”.
De
repente, opté por echar mano de la Comunidad. Si entraba una, le preguntaba por
las patatas y pacientemente me daba indicaciones; otra me explicó cómo hacer
para que los huevos tuviesen “yema para untar” haciéndolos en el horno; si
después venía otra le preguntaba sobre la ensalada... y así me fueron
resolviendo dudas culinarias.
Una
vez todo controlado, levanté la cabeza y... ¿sabes cómo estaba todo? ¡Recogido!
Las que venían a recoger lo suyo, aprovechaban y hacían algo mío, y así es como
luego las del Noviciado llegaron a “mesa puesta”.
La
verdad es que me impresionó mucho, porque todas se salieron de sus cosas y, de
una manera u otra, hicieron algo por mí, ¡y así salió la cocina!
Cuando
tenemos una ocupación entre manos, tendemos a centrarnos en ello: acabar
nuestro trabajo, hacer nuestras tareas... Sin embargo, siempre podemos hacer
algo para que a los demás “les salga la comida”.
Cristo
nos invita a levantar la mirada, a ver más allá. Cuando Él caminaba rodeado y
agobiado por la gente siempre tenía los sentidos atentos para sentir la mano que
le tocaba el manto, el ciego que le pedía ayuda... Dejaba que entrasen en Su
vida.
Hoy
el reto del amor es que salgas de lo tuyo para que le “salga la comida” a otra
persona. Levanta la mirada de tus cosas, mira al que tienes cerca y déjale que
entre en tu vida; ayúdale de alguna manera “invisible” con algo de lo que tenga
que hacer.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma