Más
de 30.000 personas padecen dificultades auditivas en Paraguay, una cifra que
interpela y que se transforma en clamor para “romper barreras”
Facebook Federación Nacional de Personas Sordas del Paraguay |
Aquel
día, hace ya 15 años, ambos llegaron al Hospital de San Pedro del Ycuamandyyú,
en Paraguay, de forma desesperada y con dificultades para hacer entender a los
presentes su dificultad para contar lo que le estaba pasando.
A
primera vista, lo único que se apreciaba es que la ida al centro asistencial
tenía que ver un embarazo avanzado. Pero fue gracias a un papel en el que
estaba registrada una única consulta en la que se pudo constatar que se trataba
de un embarazo post-término, por lo que la mujer tendría que haber dado a luz
con antelación.
De
forma inmediata en el hospital se procedió a realizar una cesárea de
emergencia, pero las noticias no eran alentadoras: el niño había nacido sin
signos vitales y con el cordón umbilical con en estado de descomposición.
La
gran pregunta que se hacían los médicos, y en particular una obstetra Blanca
Duarte, era saber cómo hacía para trasmitirle una noticia tan desalentadora a
dos personas que habían llegado de forma desesperada y que compartían una
característica en común: ambas eran sordomudas.
Fue
en ese momento cuando sucedió lo inexplicable:
“Se trajeron tres balones de oxígeno en el lapso de 20
minutos. Luego viene llegando el anestesista con el suyo y hace el mismo
procedimiento, y es entonces que, llorando y con los brazos abiertos, le pido a
Chiquitunga que interceda a su favor para que obre el milagro de la vida”, cuenta
Duarte a ABC de Paraguay.
Y
sucedió, Ángel Ramón, el recién nacido hijo de dos personas con dificultades
auditivas, logró sobrevivir y se convirtió en el protagonista del milagro que
transformó a Chiquitunga en la primera beata de Paraguay.
La
historia de Ángel, su madre Liz y la lucha por la vida quizás sea conocida por
muchos a raíz de la notoriedad que cobró en las últimas semanas la
beatificación de esta mujer. Sin embargo, en los últimos días “salieron a la
luz” otros datos que dan cuenta y confirman las barreras que aún padecen las
personas sordas en Paraguay.
“La
mayoría de los jóvenes no saben leer ni escribir correctamente porque el
sistema es oralista, para las personas oyentes; las personas sordas necesitamos
aprender una lengua y esa es la lengua, una lengua viso-sexual que debe estar
contemplada en el currículum, como lo establece la convención, pero hacer caso
omiso. Nos enseñan con estrategias hasta violatorias para poder hablar, expres
Emilio Pineda, presidente de la Federación Cultural de Personas Sordas del
Paraguay a ABC.
Este
hombre se ha animado a denunciar una situación que afecta a un segmento de la
sociedad, más de 30.000 personas, con dificultades para desarrollar la
rutina cotidiana.
Para
Pineda, esta situación representa una violación a la Convención de los Derechos
de las Personas con Discapacidad en cuanto a la omisión de las personas sordas
en proyectos sobre educación inclusiva y la falta de promoción del lenguaje de
las señas en el currículum educativo.
“Nosotros
tenemos sufrimientos por los niños que tienen mucho más barreras para poder
comunicarse. En Paraguay no tenemos el derecho a la palabra, somos
discriminados desde pequeños hasta grandes. Nosotros no podemos compartir o integrarnos
porque no nos dan la lengua de señas”, prosigue.
A
esto se suma la falta de intérpretes en algunos centros educativos y los
inconvenientes para la inserción en el mercado laboral.
Es
por todo esto que la parte de los representantes de las personas sordas en
Paraguay se reclama una atención urgente para visualizar un tema que hace años
pasa desapercibido, pero que genera barreras y contradicciones que necesitan
mayor apoyo,
Y
mientras esto sucede también es bueno volver a tener presente historias como la
de los padres de Ángel, pues en definitiva, quedó comprobado, detrás de estas
situaciones también puede haber un gran milagro.
Con
información en base a ABC
Pablo
Cesio