Pascua Florida
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¡La
Resurrección ha llegado! Y, de pronto, parece que todo se ha revestido de
blanco: nuestros hábitos (que se ven más blancos que nunca al quitarnos la capa
negra que los cubría), la luz de la primavera que asoma desde bien temprano
hasta el oscurecer, incluso toda la huerta... Sí, hasta la huerta se ha
revestido de blanco, ¡está preciosa!
Llevo
semanas observando los almendros, que son los primeros árboles que dejan ver
sus flores. Desde hace más de dos semanas estaban a punto de abrirse y, sin
embargo, hasta el Jueves Santo no se abrieron las primeras. Pero ya ayer,
Domingo de Resurrección, fue la explosión de esas flores blancas. Toda la
naturaleza ha esperado a la Resurrección para abrirse a la vida.
Al
ver aquel paisaje, me daba cuenta de que toda la naturaleza se abre paso a la
Vida. Incluso lo más duro y rígido de la creación no tiene resistencias ante el
Creador, como aquella enorme losa del sepulcro, que se corrió abriendo paso al
Resucitado. Y es que la Vida no se puede mantener encerrada: al calor de un
rayo del sol primaveral, brotan las flores y se abren, dejando ver todo su
esplendor; ante la Gloria del Señor Resucitado, tiemblan las piedras y también
se abren, “dando a luz” a la Vida para todos.
Sin
embargo, caí en la cuenta de que sólo hay una cosa que pone freno, ante la
cual, hasta el Señor mismo pide permiso, y es nuestra libertad.
Que
se dé la Resurrección en nosotros, que hoy lo podamos experimentar... depende
de nuestra libertad, de que dejemos paso a la Vida. Y cuántas veces he podido
experimentar en mí misma que mi propia libertad se volvía mi impedimento para
experimentar la alegría, la paz, la Resurrección. Pero hoy estamos en Pascua,
hoy quiero vivir de la Resurrección, quiero abrir mi libertad y darle paso a Él
en mi vida, quiero experimentar Su Amor y vivir todo el día desde ese prisma.
Si
Él es capaz de sacar vida de un tronco aparentemente seco, si Él llena de vida
todo a nuestro alrededor, ¡cuánto más ha soñado para nosotros!
Hoy
el reto del amor es abrir tu libertad y dar paso al Señor en tu día. Él ha
puesto dentro de nosotros una semilla de Resurrección y de Vida que está
pidiendo salir, brotar, florecer... en forma de amor, de entrega, de alegría.
El fruto será una gran Felicidad.
Y
tú, ¿qué determinación tomas para tu día?
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma