El Santo Padre en el
"Lunes del Ángel" y antes de rezar el Regina Coeli, se centró en la
fraternidad como fruto de la Pascua de Cristo que, mediante su muerte y
resurrección, derrotó al pecado
“Sin un intercambio fraterno, no se puede
crear una auténtica comunidad eclesial o civil: existe sólo un grupo de
individuos motivados por sus propios intereses”. Son las palabras del Papa
Francisco antes del rezo del Regina Coeli del lunes después de Pascua, el
conocido como “Lunes del Ángel”.
¡Cristo ha resucitado!
Los
Evangelios narran – explicó el Pontífice - que cuando las mujeres fueron al
Sepulcro lo encontraron abierto. Temían que no pudieran entrar porque la tumba
se había cerrado con una piedra grande. En cambio - continuó el Papa -
estaba abierto; y desde dentro una voz les dice que Jesús no está allí,
sino que ha resucitado.
Así,
es la primera vez que se pronuncian las palabras: "Ha resucitado" y
son los propios evangelistas quienes nos dicen que este primer anuncio fue dado
por los ángeles. En este contexto el Papa señala que hay un significado en esta
presencia angelical: “cómo a anunciar la Encarnación de la Palabra había sido
un ángel, Gabriel, también para anunciar por primera vez la Resurrección no fue
suficiente una palabra humana”. “Era necesario un ser superior para comunicar
una realidad tan impactante” explica Francisco, que tal vez - prosigue –
“ningún hombre se atrevería a pronunciarla”.
El
Papa también recordó que es un día “de celebración y convivencia” ya que
después de celebrar la Pascua, “sentimos la necesidad de reunirnos con nuestros
seres queridos y con amigos para la fiesta” puntualizando que “Jesús ha roto el
muro de división entre los hombres y ha restaurado la paz”.
Fraternidad: una
responsabilidad para los cristianos
Además,
hizo hincapié en la fraternidad como “fruto de la Pascua de Cristo que,
mediante su muerte y resurrección, derrotó al pecado que separaba al hombre de
Dios, al hombre de sí mismo, al hombre de sus hermanos” asegurando que “ el
pecado siempre separa, siempre hace enemistades".
Francisco
también afirmó que “la pascua de Cristo ha hecho estallar en el mundo la
novedad del diálogo”; novedad que se ha convertido en una responsabilidad para
los cristianos y por la que estamos llamados “a cuidar el bien común y a
nuestros hermanos, especialmente a los más débiles y marginados” porque sólo la
fraternidad – aseveró el Papa – “puede garantizar una paz duradera,
vencer la pobreza, extinguir las tensiones y las guerras y erradicar la corrupción
y la criminalidad” y pidió a la Virgen
Mireia
Bonilla - Ciudad del Vaticano
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