Javier
Sartre entrevista a la misionera española Yudith Pereira, directora asociada de
Solidarity with South Sudan, en ocasión de la Jornada de oración y ayuno por la
paz este país y la República Democrática del Congo convocada por el Papa
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Yudith Pereira, misionera española en Sudán del Sur |
El
Papa Francisco convocó para este viernes 23 de febrero una Jornada de oración y
ayuno por Sudán del Sur y República Democrática del Congo. Una iniciativa que,
– tal y como asegura Yudith Pereira – “es el mejor apoyo que podía dar al
pueblo” y “una muestra más de voluntad” de que no los va a olvidar. Además, con
esta Jornada de oración y ayuno, el Papa Francisco les ayuda a que todo el
mundo sepa lo que está sucediendo en estos países y es un apoyo más fuerte para
decir: ¡tenéis que seguir trabajando!, afirma la misionera española.
Sudán del Sur: nación en
emergencia
Yudith
explica que “tener en cuenta a estas poblaciones” y “acordarnos de que están
sufriendo” es la mejor ayuda que les podemos ofrecer, porque “es un genocidio
silencioso” lo que está ocurriendo en estos países y del que nadie habla. Por
eso, la misionera española pide “ayuda en lo que necesiten” pero sobre todo
“darles la oportunidad de una vida normal en medio de esta situación que ellos
no han buscado”.
La
“comida” está en la cabeza del listado de emergencias de estas poblaciones,
siguiendo la justicia y el poder dar “una vida y un futuro normal”, relata.
Intereses económicos y
olvido del pueblo
La
religiosa de la Congregación Jesús María también manifiesta que Sudán del Sur
“está a la merced de los intereses de todos” y que uno de los principales
problemas son “las armas”. Pese a la gran cantidad de embargos de armas que se
han propuesto por parte de EE.UU y otros países en la ONU - explica Yudith-
nunca “salen a delante”. Además, recuerda que los mismos países a veces que
vetan, son los que están enviando ayuda, y eso es una “política muy ambigua”;
una “doble acción” en la que vemos un montón de ayuda por un lado pero las
armas “se siguen vendiendo”.
Se trata de un interés económico y político en donde lo que no interesa a nadie es “el pueblo” afirma la misionera, recalcando que “nadie habla de eso”. “Es una hipocresía internacional” en donde existe una gran ayuda por parte de la Comunidad Internacional, las Cáritas de todos los países y los Gobiernos pero por otra parte está la otra realidad, la del negocio, la del interés económico y político y en el que juegan un papel importante las multinacionales.
Mireia
Bonilla – Ciudad del Vaticano
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