El Nuncio Apostólico en
Siria lanza un fuerte llamamiento por la paz en todo el territorio sirio y pide
el cese de la violencia y el no al fuego cuando están a punto de cumplirse 7
años de conflicto
El
próximo mes de marzo se cumplen 7 años del estallido del conflicto sirio; una
guerra que además de dejar graves secuelas, continúa siendo un campo de batalla
en muchas zonas del país. Es por ello que el Cardenal Mario Zenari, Nuncio
Apostólico en Siria, ha querido lanzar un nuevo llamamiento por la paz:
“Escuchar el grito de la pobre gente, de los niños” y poner esto “delante de
vuestra conciencia”.
Anoche
en Damasco – explica el Nuncio Apostólico – “ha sido difícil dormir porque se
escuchaban los ruidos de cañonazos y de metralletas en ciertas zonas un poco
periféricas”. Además, el Cardenal Zenari asegura que las noticias sobre “los
ásperos enfrentamientos que están desarrollándose en el área rural al este de
Damasco” le preocupan particularmente, ya que se trata de un teatro bélico que
ahora comprende el confine septentrional “tras la intervención armada de
Turquía”.
“Quien
paga las consecuencias más crudas de este conflicto son los civiles” afirma el
Cardenal Zenari, quien no duda en repetirlo una y otra vez siempre que tiene la
ocasión. Tan sólo en el cuadrante norte, afirman en un comunicado fuentes del
hospital del enclave de Afrin, en dos semanas de ataques han muerto 104
personas y al menos 156 han sido heridas. Pero no son sólo las armas; las
condiciones climáticas también agravan la situación, asegura el Nuncio
Apostólico: “nos encontramos en un periodo invernal, de frío muy intenso en
algunas zonas de Siria” y esto, dice Zenari, empeora “un sufrimiento” por el
cual “por desgracia no hay soluciones a la vista”.
Por
otra parte, el enviado de la ONU a Siria para la crisis humanitaria, Jan
Egeland, ha vuelto a pedir una tregua temporánea en la provincia septentrional
de Idlib, donde se registran duros enfrentamientos entre las fuerzas de la
oposición y las de Damasco y donde más de un millón y 200 mil civiles de los
dos millones y medio viven como prófugos. El Cardenal Zenari concluye
asegurando que “no pierde la esperanza en que se pueda pedir el camino de la
tregua”, pero solicita a los negociantes internacionales de actuar con
urgencia: “Tratad de hacer todo lo posible al menos para llegar a la cesación
de la violencia, al cese del fuego y luego a una solución política del
conflicto”.
Mireia
Bonilla - Ciudad del Vaticano
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