El Papa Francisco alentó a
los peregrinos de tantas partes del mundo a «custodiar la alegría de la
Navidad, encontrando en la oración al Príncipe de la Paz, que desea hacerse
cercano a todos»
«Deseo
a todos que resplandezca, en vuestros corazones y sobre vuestras familias y
comunidades, la luz del Salvador, que nos revela el rostro tierno y
misericordioso del Padre celeste.
Ponernos al servicio de la
paz y amor de Dios
“Estrechemos entre los
brazos al Niño Jesús y pongámonos a su servicio: Él es fuente de amor y
serenidad”
¡Que
Él los bendiga para un sereno y feliz Año Nuevo!»
El amparo de la Madre de
Dios y el Niño nacido en Belén
Parabienes
del Obispo de Roma también a los peregrinos polacos:
«Deseo
a todos un feliz Año Nuevo. Que sea para vosotros y vuestras familias y seres
queridos, para los que viven en Polonia y en el exterior, para toda vuestra
patria, un tiempo de paz, de esperanzas cumplidas, cargado de dones divinos y
de la protección de María Santísima Madre de Dios.
Cristo,
Dios Fuerte, Príncipe de la Paz, nacido en Belén, colme vuestros corazones con
su presencia y los bendiga.
Alabado
sea Jesucristo»
En este Año Nuevo los
invito a acoger y a compartir cada día la ternura de Dios
Aliento
y saludo del Papa a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, que una
vez más escucharon su catequesis
«Queridos
jóvenes, sean mensajeros del amor de Dios entre vuestros coetáneos; queridos
enfermos, encuentren en la caricia de Dios el sostén en vuestros sufrimientos;
y, ustedes, queridos recién casados, sean testimonio de la alegría del
Sacramento del Matrimonio a través de vuestro amor fiel y recíproco».
Cecilia
de Malak – Ciudad del Vaticano
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