Patinete eléctrico
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
unos días, entró un muchacho por la puerta del locutorio montado sobre un
patinete eléctrico. Aquel aparato me encantó y, aunque nos sentamos a charlar
con su familia, él estaba de pie con su patinete. Me parecía genial cómo se
movía, cómo giraba...
Y
pensé: “Tiene que ser súper fácil y divertido”.
Después
de un rato, Alejandro nos preguntó que si queríamos probarlo y, por supuesto,
todas dijimos que sí.
Nos
explicó que, para empezar, la que se subiese en el patinete, debía apoyarse en
dos hermanas, una a cada lado, hasta coger el equilibrio. Una vez encima, sólo
había que cambiar la postura corporal moviendo el propio peso, y el patinete se
pondría en marcha sólo. Osea, simplemente con inclinarse un poco hacia delante,
se pondría a andar sin problemas.
Toda
decidida me subí... ¡No te puedes imaginar qué difícil es! Lo primero, repartir
bien el peso para no caerse, para poder inclinarse y que el aparato se ponga en
marcha. Lo cierto es que no pude en ningún momento soltarme de las dos que me
agarraban y, cuando tuve que bajarme, casi acabo en el suelo. En fin, algo que
parecía súper fácil... era súper complicado.
Cuando
llegué a la oración me di cuenta de que, cada mañana, el Señor nos regala un
patinete eléctrico... ¡pero hay que ver la cantidad de equilibrio que tenemos
que hacer para conseguir que funcione! Que si aprender a ser prudentes y frenar
a tiempo; que si ahora tienes que ponerte de lado para no meterte en líos...
Cuántas
piruetas para mantener el equilibrio. A veces pensamos que la vida es fácil,
pero es un verdadero equilibrio lo que tienes que hacer para no perder la paz.
Una
de las huellas del Espíritu es la paz. Pero, ¡qué frágil es y con qué facilidad
la perdemos! Jesús, cuando se aparece a los discípulos después de su
Resurrección, lo que más dice es: “La paz con vosotros”.
Si
te dejas, hoy Jesús quiere darte su paz; a ti te pide que no pierdas la
esperanza si pierdes el equilibrio... Cristo no quiere que te quedes caído, te
ofrece su mano para levantarte; su hombro, para que te apoyes en Él, ¡y puedas
mantenerte en pie en el patinete eléctrico de tu jornada!
Hoy
el reto del amor es pedirle a Jesús no perder la paz en este día y, si la
pierdes, pídele volver pronto a recuperarla.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma