Fue la invitación de
Francisco tras rezar el Ángelus
Invocar
el don de la paz, especialmente para las poblaciones que más sufren a causa de
los conflictos. Fue la invitación de Francisco tras rezar el Ángelus renovando
así su llamamiento para que las personas secuestradas sean puestas en libertad,
a la vez que aseguró su oración por la población de la isla de Mindanao, en
Filipinas afectada por una tempestad
Invocar el don de la paz
especialmente para los pueblos en conflicto
Después
de rezar a la Madre de Dios el Santo Padre invitó a los fieles y
peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, “en la espera orante del
nacimiento del Príncipe de la Paz”, a invocar el don de la paz para todo el
mundo, especialmente para las poblaciones que más sufren a causa de los
conflictos en acto.
Que las personas
secuestradas sean puestas en libertad
De
modo especial, el Papa Bergoglio renovó su llamamiento a fin de que, con
ocasión de la Santa Navidad, “las personas secuestradas – sacerdotes,
religiosos, religiosas y fieles laicos – sean puestas en libertad y puedan
regresar a sus casas”.
La población de Mindanao
en el corazón del Papa
Además,
Francisco aseguró su oración por la población de la isla de Mindanao, en
Filipinas, afectada por una tempestad que ha causado numerosas víctimas y
destrucciones. A la vez que pidió que Dios misericordioso acoja a las almas de
los difuntos y consuele a cuantos sufren por esta calamidad.
Por
último, al saludar con afecto a los presentes, el Papa sugirió encontrar, en
estas horas que nos separan de la Navidad, algún momento para detenernos en silencio
y en oración ante el pesebre, para “adorar en el corazón el misterio de la
verdadera Navidad, la de Jesús, que se acerca a nosotros con amor, humidad y
ternura”.
Acuérdense de rezar por mí
También
en esos momentos – dijo el Santo Padre – acuérdense de rezar por mí. A lo que
deseó buen almuerzo y feliz domingo.
María
Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
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