Yo espero que las buenas personas tomen este ejemplo del Papa porque de lo contrario se va realmente hacia la decadencia
Una
situación imprevista terminó con la vida normal de Patricia, italiana de origen
somalí, que desde hace dos años vive en la calle. Es una persona sin techo,
como tantos que viven esta dramática situación en la Ciudad Eterna. El domingo,
Patricia será una de los 1500 pobres que almorzarán con el Papa Francisco en el
Aula Pablo VI.
Nuestro
colega Alessandro Gisotti se acercó al hospedaje de la Caritas de
Roma en Vía Marsala, donde Patricia junto a muchos otros es recibida y, además
de un techo, ha encontrado una nueva familia. Escuchemos su historia y lo que
para ella significa esta primera Jornada Mundial para los Pobres y el encuentro
con el Papa Francisco.
R.- Yo estuve muy, muy mal
porque tuve una muerte, he vivido un luto, la pérdida de la casa. Llegó todo
junto. Mi hija que se iba de una parte a la otra de Europa… Y la voluntaria de
mi zona me llevó a la Caritas, sabiendo bien que yo era contraria, contraria
pero de manera realmente desesperada, es decir, no quería, con todas mis
fuerzas, no aceptaba una tal realidad porque para mí era absurdo, inconcebible.
Se me había derrumbado todo encima y no entendía nada. Entonces, la única cosa
para mí era oponerme a aquello que me sucedía. Después me di cuenta que no me
quedaba otra cosa que aceptar una situación similar y tratar de ver
también lo bueno en esta situación: que había encontrado personas que me
estaban ayudando. Me acuerdo cuando me desperté: vi que había sido acogida
como en una familia.
P.- ¿Qué representa para
usted esta Jornada para los pobres que el Papa Francisco ha querido?
R.- Yo lo veo como un
Papa revolucionario. Él es auténtico, a él le importan los pobres de manera
particular. Para mí es como una luz ¿no?, como un faro, pienso que lo es
para muchísimas personas en el mundo. ¡Da una gran esperanza!
Y
esta sensibilidad hacia los pobres… ¿por qué? Porque en este mundo estamos
yendo hacia la deshumanización y los pobres son aquellos más segregados,
aquellos más aislados, más pisoteados, más condenados – si queremos usar
este término. El pobre es así. Ya se ha vuelto un mundo tan difícil… vales
mientras eres dinero, vales en base al dinero que tienes: ¡esto es algo
degradante, es algo espantoso! Mientras el Papa es verdaderamente
revolucionario.
P.- Esta Jornada de los
Pobres el Papa la ha querido precisamente y sobre todo para llamar a los
cristianos, pero en el fondo – él dice – a las personas de buena voluntad a que
abran los ojos.
R.- Yo espero que las
buenas personas, las personas que tienen un destello de luz, que son un poco
iluminadas, tomen este ejemplo del Papa porque esto es muy importante, porque
de lo contrario se va realmente hacia la decadencia. Pero por tantas cosas.
P.- En la Jornada para los
pobres tendrá lugar también el almuerzo del Papa Francisco. Usted estará entre
estos pobres que compartirán el almuerzo con el Santo Padre, precisamente en el
momento de la familiaridad, de estar en la misma mesa para comer juntos…
R.- Primero la emoción de
estar en una Misa que celebra el Papa: para mí esto ya es una gran cosa.
Después si, esta familiaridad. Yo la siento pero al mismo tiempo está siempre
esta parte mía que rechaza, entonces es siempre una lucha. Pero cuando luego
abro esta puerta, la puerta del corazón, entonces sí. Allí.
María
Cecilia Mutual
Radio
Vaticano