Con Dios no hay nada imposible", afirman las dominicas mientras se
asientan en la ciudad destruida
Las hermanas dominicas que
trabajan con la población cristiana en el norte de Irak han anunciado su
intención de volver a la ciudad devastada de Mosul, aunque algunos sectores
duden del futuro del cristianismo en dicha ciudad, recientemente liberada por
el grupo Estado Islámico.
“Mosul ha sido liberada, pero
el nivel de destrucción que hay en todas partes es abrumador”, reconocen en una
carta sin firmar que aparece publicada en la página web de las Hermanas Dominicas de
Santa Catalina de Siena.
La carta está fechada a 6 de agosto, una fecha que coincide con el aniversario de su traslado desde Mosul y otras aldeas cristianas de la llanura de Nínive hacia Erbil, en el Kurdistán iraquí. “Se tardará años en reparar todo el daño, pero con Dios no hay nada imposible”.
La carta está fechada a 6 de agosto, una fecha que coincide con el aniversario de su traslado desde Mosul y otras aldeas cristianas de la llanura de Nínive hacia Erbil, en el Kurdistán iraquí. “Se tardará años en reparar todo el daño, pero con Dios no hay nada imposible”.
En la carta reconocen que “volver a Mosul no es una decisión fácil.
Algunas personas siguen intentando entender cuál es la voluntad de Dios. Que
ISIS sea derrotado no significa que la llanura de Nínive quede limpia de esa
mentalidad”.
Este mismo sentimiento ha
sido expresado recientemente por un sacerdote asirio que dirige el Programa de
Ayuda Cristiana en el norte de Irak. El padre Emanuel Youkhana, que hablaba
desde los márgenes de una conferencia de las Naciones Unidas en Nueva York,
declaró a Aleteia que “el entorno, la cultura, la
mentalidad y la ideología” de ISIS siguen presentes en Mosul, y así permanecerá
durante algún tiempo.
Sin embargo, las hermanas dominicas
afirmaron que ellas, como comunidad, decidieron volver con su gente y que rezan
y tienen la esperanza de que todas las personas reúnan el valor necesario para
volver a sus hogares y empezar de nuevo.
“Dios está a nuestro lado y
no nos abandonará”, escribieron.
La carta describe las
emociones de las monjas al volver a las aldeas de la llanura de Nínive, donde
habían vivido y donde fueron liberadas por el Ejército de Irak al inicio de la
campaña militar en Mosul.
Cuando visitamos por primera
vez las aldeas cristianas, nos quedamos atónitas al ver todo el daño que se
había hecho. Nos afectó mucho ser testigos de toda aquella destrucción tan
sobrecogedora. En
seguida nos dimos cuenta de que no habían sido las fuerzas militares ni las
armas lo que había causado ese daño, sino el odio. El odio deja gravemente
herido tanto al oprimido como al opresor. Solo Dios sabe
todo el amor que necesitamos para curar estas heridas tan profundas.
Afirmaron que el proceso de
reconstrucción había comenzado ya y que, aunque era lento, algunas familias ya
habían podido volver a casa:
En Batnaia, una aldea
destruida en un 90%, el proceso de limpieza ha comenzado. Cada semana vuelven
más familias a las aldeas cristianas. En Telskuf, cuyo daño ha sido menor, ya
han vuelto unas 600 familias, y en Qaraqush unas 450.
Aunque en Qaraqosh se calcula
un 30% de destrucción, la reconstrucción no está siendo una tarea sencilla, y
las ONG que pueden permitirse participar en la reconstrucción no son
suficientes en comparación con la devastación que hay.
En esta aldea hay unas 7000
casas y, de todas ellas, 2400 se han quemado completamente, 4400 se encuentran
parcialmente destrozadas y quemadas y 166 están totalmente destrozadas. Tienen
la esperanza de poder reparar el mayor número de hogares antes de que comience
el curso escolar en septiembre, pero por supuesto existe un problema de
financiación.
Hasta la fecha, solo la
Iglesia y algunas ONG están colaborando. Nuestras hermanas han vuelto a Telskuf
y esperamos encontrar un sitio para comenzar con el jardín de infancia. También
volveremos próximamente a Qaraqush. Puesto que en esta aldea nuestro convento
ha quedado parcialmente destruido, hemos arreglado una casa para vivir hasta
que nos podamos mudar al convento. El orfanato también estaba completamente
quemado, pero hemos encontrado un lugar para que las hermanas y las niñas
puedan mudarse también a Qaraqosh.
Varias asociaciones católicas
están prestando su ayuda para la reconstrucción, como Ayuda a la Iglesia
Necesitada y Servicios de Auxilio Católico. Durante la reciente convención
internacional en St. Louis, los Caballeros de Colón anunciaron que donarían 2
millones de dólares para salvar Karamdes, una aldea principalmente católica en
la llanura de Nínive que fue liberada de ISIS a finales del año pasado.
“Esta acción permitirá que
cientos de familias de comunidades religiosas minoritarias en Irak (sobre todo
cristianos) vuelvan a su hogar”, afirman en un comunicado publicado en la página web de la orden fraternal.
El Ministerio de
Desplazamiento y Migración de Irak comunicó que más de 250.000 personas han
vuelto a sus respectivas zonas de origen en la gobernación de Nínive, según
informó la agencia de noticias Fides el pasado 31 de julio.
“La población cristiana
admite que siente miedo por el ambiente que los rodea, ya que los habitantes de
algunas poblaciones cercanas no se muestran muy abiertos con ellos”, afirmó
Marialaura Conte, directora de comunicaciones de la fundación AVSI, una
organización con sede en Italia que trabaja en más de dos docenas de países,
como Irak, Jordania, Siria y Líbano. “Pero este miedo no puede con ellos.
También observo que los niños al principio se sienten un poco desorientados
cuando vuelven”.
“Es muy importante para estos
niños que se creen espacios donde se sientan cómodos”, cuenta Conte a la
agencia de noticias Catholic News Service. “Estamos reconstruyendo un jardín de
infancia en Qaraqosh precisamente por este motivo, para que los niños se
sientan protegidos y los adultos seguros mientras reconstruyen sus hogares y
vuelven a organizar sus vidas”.
John
Burger
Fuente:
Aleteia