LA HERMANA MARÍA AMADOR ORA POR EL HOMBRE QUE AMENAZÓ MATARLA: "ME GUSTARÍA DECIRLE QUE LO PERDONO"

Su experiencia le ha permitido aproximarse a lo vivido por las religiosas, sacerdotes y laicos que han muerto masacrados en otros lugares del mundo

Los hechos ocurrieron hace pocas semanas, el pasado 5 de julio, en la co-Catedral St. Joseph’s de New York (USA), mientras la hermana María Amador -superiora de la Comunidad Predicadoras de Cristo y María- oraba allí por la salud de su mamá, recién sometida a una cirugía en Colombia. 

Aquella plegaria fue interrumpida cuando un hombre de edad mediana se le acercó de improviso diciendo: «Te voy a matar».

La agresión a esta religiosa, dedicada al servicio de los pobres, impactó en Estados Unidos y Colombia. Aunque nada más escuchar aquella amenaza de muerte la hermana María cuenta al semanario hispano de la Diócesis de Brooklyn, Nuestra Voz, que huyó hacia la sacristía corriendo y evitó así cualesquier agresión.

Al hombre que amenazó matarla las autoridades lo soltaron sin fianza ¿Cómo se siente? 
Al comienzo no puedo negar que estaba muy asustada… pero ya voy entrando en más normalidad, a pesar de que todavía siento un poco de miedo…

Afortunadamente su caso no pasó del susto
Así es. Pienso en aquellos que no han podido huir, que murieron. Uno siente tanto pánico y siempre tiende a salvar la vida… He pensado en ellos que han vivido esos momentos tan traumáticos: las religiosas del Medio Oriente, los sacerdotes que han sido masacrados, me imagino el pánico. El mío fue un pánico corto, pero yo he pensado en esas personas que han estado en esas situaciones de pánico por horas. ¡Dios mío, se siente un miedo terrible!


¿Dicen que Ud. quisiera reunirse con el hombre que la amenazó?
A pesar de lo que hizo, él es una persona que necesita ayuda. Si una persona actúa así indica que algo le está pasando, una necesidad; pero también lo veo como un hermano, un hermano en la fe, tenemos el mismo padre; me gustaría decirle que lo perdono. Sé que está libre ahora y espero que Dios nos dé la oportunidad para hacerlo.
 
Esto sucedió en la Co-catedral, ¿las iglesias ya no son lugares seguros?
Lo vemos en las noticias, la persecución religiosa está en todo el mundo y creo que aunque él pueda tener una condición mental, el motivo por el cual quería atacarme es porque yo pertenezco y represento a esta institución que es nuestra Iglesia Católica. No sé su motivo, pudo tener una mala experiencia con la Iglesia, es una muestra más de la división que estamos viviendo hoy, esa división de la ideología de género, por las creencias, por la fe. Cuántas personas no mueren en estos momentos por la fe, por lo que creen.
 
¿Había vivido algo similar?
En mi país, Colombia, alguna vez me robaron. Nosotros les dábamos comida a los desamparados en Bogotá y un día debía salir del convento por votaciones; me estaban diciendo en qué mesa debía votar… yo vi a varios de ellos, saqué mi celular y uno de ellos me atacó, él no venía a comer, me puso un cuchillo y me dijo que le entregara el celular, entonces yo se lo entregué porque estaba totalmente drogado. En otros casos hemos sido víctimas de burlas hacia nosotras, hacia la fe o hacia lo que estamos profesando con el hábito. Han pasado cosas, pero nunca una amenaza de muerte, esta fue la primera vez.
 
Hace unos años usted vivió un suceso doloroso, el secuestro de su papá, ¿pensó en eso cuando el hombre la amenazó?
En ese momento no, pero hoy lo estaba pensando, porque estos sucesos generan muchos recuerdos de otros en la vida de uno y yo decía: “mi papá estuvo amarrado; a él y a dos hermanos los secuestraron” y esas sí eran amenazas de muerte. Cuando yo entré al convento, a los siete días secuestraron a mi papá. Yo estaba en la capilla orando cuando recibí la noticia. A pesar de lo difícil de la situación… mi papá y mis hermanos salieron ilesos. Fue un tiempo de oración y fe, a raíz de eso mis hermanos se convirtieron al Señor, hoy en día son hombres de mucha fe y todo debido al secuestro… Mi papá tuvo que sufrir mucho porque estuvo 20 días bajo el poder de la guerrilla, en condiciones muy precarias. Para mí esto fue algo corto, fue un flash, rápido…
 
¿Qué diría a quienes están en contra de la religión y en especial del catolicismo?
Que nos amemos, que nos respetemos, simplemente por el hecho de ser seres humanos, individuos que compartimos la misma tierra, que somos hijos de Dios… que veamos en cada ser humano esa expresión de Dios y eso nos llevará a respetarnos.

Fuente: PortaLuz