AUSTRALIA QUIERE QUE SACERDOTES ROMPAN SECRETO DE CONFESIÓN EN CASOS DE ABUSOS SEXUALES

El derecho canónico que rige a la Iglesia Católica señala que “el sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo”

Montgomery Clift interpreta a un sacerdote presionado para romper
el secreto de confesión en “Yo confieso”, de Alfred Hitchcock
La Royal Commission, entidad creada en Australia para investigar los casos de abusos sexuales en el país oceánico, propuso que los sacerdotes de la Iglesia Católica rompan el secreto de confesión cuando conozcan de algún caso de abuso sexual al administrar el sacramento.

La propuesta de la Comisión, creada en el año 2013, se encuentra dentro de un informe con 85 medidas que ha sugerido para cambiar el sistema judicial del país.

El pedido de la entidad australiana señala que cuando un sacerdote no denuncie un abuso sexual que haya conocido en confesión, se considere que ha cometido “una ofensa criminal”.
 Aunque dice conocer la importancia del sacramento de la confesión en la Iglesia Católica, el informe recomienda que “no haya excepciones, excusas o privilegios” en la aplicación de la norma, si es que llega a aprobarse.

En un comunicado con fecha 14 de agosto, el Arzobispo de Melbourne y Presidente de la Conferencia Episcopal Australiana, Mons. Denis J. Hart, manifestó su oposición a la propuesta de la Royal Commission.

“La confesión en la Iglesia Católica es un encuentro espiritual con Dios a través de un sacerdote”. Este sacramento, continuó, “es parte fundamental de la libertad religiosa y esta es reconocida por la ley de Australia y de muchos otros países”.

“Debe seguir siendo así en Australia”, continuó, y precisó que “fuera de esto las ofensas contra los niños deben denunciarse a las autoridades, y nosotros estamos totalmente comprometidos con hacer esto”.

De otro lado, el Consejo de la Iglesia Australiana para la Verdad la Justicia y la Sanación, establecido también en 2013 para referirse a los temas que investiga la Royal Commission, señaló que si la propuesta de esta última se aprueba, finalmente corresponderá a cada sacerdote y su consciencia la decisión de romper el secreto de confesión.

Francis Sullivan, Director del Consejo, dijo que la Iglesia Católica y la entidad que preside en Australia “han señalado consistentemente que estas sugerencias” como las de la Royal Commission “no deben aplicarse al confesionario”.

“Si un abusador infantil está buscando genuinamente el perdón a través del sacramento de la confesión, entonces deberá estar dispuesto a hacer lo que haga falta para demostrar su arrepentimiento”.

Los casos de abusos sexuales perpetrados por miembros del clero “normalmente requerirán que se entreguen a la policía. De hecho, el sacerdote confesor podría insistir en que esto se haga antes de otorgar la absolución”.

Acusaciones contra el Cardenal George Pell

Aunque no se sabe si estas propuestas serían aprobadas, su aplicación afectaría directamente diversos casos como el referido a las acusaciones contra el Ex Prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano, Cardenal George Pell, quien decidió dejar el cargo para viajar a Australia y defenderse de las acusaciones, sobre las cuales siempre se ha declarado inocente.

Los cargos contra el Cardenal, que incluyen acusaciones de hace varias décadas, los dio a conocer la policía de Victoria a finales de junio de este año.

El también miembro del Consejo de Cardenales que asiste al Papa compareció en una audiencia en Melbourne en la que volvió a declararse inocente de todos los cargos.

¿Qué dice el derecho canónico sobre el secreto de confesión?

El derecho canónico que rige a la Iglesia Católica señala que “el sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo”.

Asimismo, “está terminantemente prohibido al confesor hacer uso, con perjuicio del penitente, de los conocimientos adquiridos en la confesión, aunque no haya peligro alguno de revelación”.

Un sacerdote confesor que “viola directamente el sigilo sacramental, incurre en excomunión latae sententiae (automática) reservada a la Sede Apostólica”, que solo puede ser levantada por el Papa.

Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA.

Fuente: ACI