La Peregrinación nacional
al Santuario de la Virgen María de Zarvanytsia ha sido la ocasión para
encomendar a la Madre de Dios las intenciones del Santo Padre
Acaba
de concluir la visita a Ucrania que comenzó el pasado 11 de julio el
Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias
Orientales, que realizó por invitación del Arzobispo Mayor de Kiev, Su
Beatitud Sviatoslav Shevchuk, con ocasión de la Peregrinación
nacional al Santuario de Zarvanytsia.
De
los momentos más significativos destacamos el saludo a los jóvenes, la tarde
del sábado 15; la reflexión que ofreció a los peregrinos al término de la
procesión con las velas encendidas y el Moleben, es decir, el
servicio de intercesión y de súplica, que consiste en una liturgia típica de
las Iglesias Ortodoxas Orientales dirigida a Jesucristo, a la Madre de Dios, a
un santo o con ocasión de una fiesta religiosa que, en este caso, se realizó
desde la noche del sábado y terminó el domingo en que el Purpurado argentino
pronunció la homilía de la Divina Liturgia.
También
visitó, en Leópolis, la Catedral greco-católica de San Jorge, a la vez que rezó
ante las tumbas del Metropolita Andrey Sheptytsky y del
Cardenal Joseph Slipyj, Padres de la Iglesia ucraniana.
Antes
de regresar a Rina el Cardenal Sandri se detuvo para saludar
brevemente al Arzobispo Latino de Kiev.
El Santo
Padre Francisco le había pedido al Purpurado que llevara su saludo a todos
los fieles católicos, greco-católicos y latinos, sin excluir a los hermanos y
hermanas ortodoxos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, con su
bendición.
El Papa
Bergoglio, además, ha querido hacerse presente espiritualmente con un renovado
gesto de afecto y cercanía por la población que padece sufrimientos y
privaciones a causa de los conocidos conflictos y, al mismo tiempo, animar a
todos a fin de que trabajen por la paz, la reconciliación, en el respeto del
derecho, y por las obras de caridad y solidaridad para socorrer a los tantos
desalojados e indigentes.
De
ahí que la Peregrinación nacional al Santuario de la Virgen María de
Zarvanytsia haya sido la ocasión para encomendar a la Madre de Dios las
intenciones del Santo Padre, mediante el empeño de todos los participantes
con la oración y con gestos de conversión personal y comunitaria.
María
Fernanda Bernasconi
Radio
Vaticano