El
presidente francés homenajea al sacerdote un año después de su asesinato y
agradece a los católicos que hayan elegido el perdón frente a la venganza
Este
miércoles, 26 de julio, un año después de su asesinato a manos de dos
terroristas del Daesh, el padre Jacques Hamel está más vivo que nunca. En
la memoria de los feligreses de su parroquia, de las hermanas de san Vicente de
Paúl, en todos los franceses, independientemente de sus creencias.
Así lo quiso
poner de manifiesto el presidente de la República, Emmanuel Macron, en su breve
discurso en el homenaje público que se le brindó en Saint-Etienne-du-Rouvray.
«Al
asesinar al padre Hamel al pie del altar, los dos terroristas creyeron sembrar
entre los católicos de Francia la sed de venganza y represalias. Han fracasado.
Mis primeras palabras serán entonces dar las gracias a la Iglesia de Francia, a
los católicos de Francia, a las hermanas de san Vicente de Paúl, a los fieles
de Saint-Etienne-du-Rouvray por encontrar en su fe y oraciones la fuerza del
perdón», afirmó, para, a renglón seguido, extender el agradecimiento a las
autoridades locales y ciudadanos en general. Porque, apuntó, «gracias a
vosotros, los terroristas han vuelto a fracasar en su intención de alentar el
miedo de los franceses».
Y
añadió: «Recordamos que la República Francesa no es el reino del relativismo.
En el corazón de nuestras leyes y códigos forjados por la historia, hay una
parte que no se negocia. Una parte sagrada. Es la vida del otro, pero también
todo aquello que nos hace humanos: el amor, la esperanza, la entrega, el
respeto a los demás… El padre Hamel encarnaba todo esto, desde la
discreción y el respeto».
Según
Macron, al profanar su persona, su iglesia y su fe, los asesinos «atentaron
contra el vínculo que une a los franceses, creyentes o no, católicos o no». «El
rostro de Hamel se ha convertido en aquel que, en nosotros, rechaza la cultura
de la muerte y a este terrorismo arrogante. Su sonrisa es la sonrisa de la
resistencia, del humanismo que hace frente al oscurantismo. En su vida humilde,
entregada a los demás, los franceses se reconocen a sí mismos».
El
presidente francés tuvo palabras también para los representantes de las
distintas religiones, a los que pidió que contribuyan en la lucha contra el
odio, al tiempo que les agradeció la presencia y su unidad en momentos tan
difíciles como durante el asesinato de Hamel. «Hace un año, fuisteis
ejemplo para Francia. Y sin restar un ápice al horror, quiero decir hoy que el
martirio del padre Hamel no ha sido en vano».
El legado
Antes
del homenaje, en la misma iglesia donde fue asesinado Hamel, y a la misma hora,
el arzobispo de Rouen, Dominique Lebrun, presidió una Eucaristía durante la que
recordó que el padre Hamel, su vida y su muerte, hablan, inspiran y gritan
al mundo de hoy. «En esta iglesia, el padre Hamel hablaba el lenguaje del amor.
En esta iglesia, fue reducido al silencio. Ya no habla más. O, el padre Hamel
nos habla todavía. Su vida, su muerte, hablan, inspiran y también gritan. Su
vida, su muerte, interpela a cada uno de nosotros sobre nuestra propia vida,
sobre nuestras convicciones», afirmó.
¿Y cómo
habla hoy el padre Hamel? «Habla cuando en nuestro corazón no hay más imágenes
horribles y sí su discreción, su perseverancia, su fidelidad, su generosidad,
su vida donada. Su vida y su muerte hablan cuando, en nuestro corazón,
percibimos los primeros frutos del drama: la amistad, la concordia, el diálogo,
la victoria del amor…», responde monseñor Lebrun.
F.
Otero
Fuente:
Alfa y Omega