Se
busca. Viva... o muerta
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Con
la llegada del buen tiempo, nuestra familia crece considerablemente: desde hace
unas semanas, ¡vuelven a estar en pie todas las tortugas! Bueno, todas... menos
"Tragaldábaras". Nuestra tortuga más tragona lleva casi ocho meses
desaparecida.
A
finales del verano pasado se escapó por el desván del Noviciado. Eso supone un
espacio más o menos de la largura de la iglesia... ¡y lleno de cosas a cada
paso!
Al
principio la buscamos afanosamente, pero terminamos dándola por perdida.
Ahora,
con la llegada del calor, intenté encontrarla, sin éxito. Sin comida ni agua...
las posibilidades se acababan.
Reconozco
que la di por perdida. Por la tarde se lo entregué al Señor: ¡imposible
encontrarla!
Ayer
por la mañana fuimos Lety y yo al desván en busca de una caja y, al levantar
una bolsa... ¡¡ahí estaba!!
Definitivamente,
la condición para que se dé un milagro es que sea imposible...
Ahora,
en la oración, le daba gracias al Señor porque siento que, con este pequeño
regalo, ha querido mostrarme que, por muy feas que se pongan las cosas, Él
jamás pierde la esperanza.
¡Qué
fácil es desanimarse cuando todos los cálculos y previsiones apuntan a que las
cosas van mal! ¡Pero justo entonces es el momento de agarrarse con más fuerza
al Señor! Nosotros no podemos, ¡pero Él sí!
Hoy
el reto del amor es apoyarse en Cristo y mantener viva la esperanza. Si sientes
que tienes a alguien cercano "perdido en el desván", si te da la
sensación de que esa amistad se enfría, o ves a ese hijo que parece perderse...
te invito a que cierres la puerta a la desesperanza. Hoy hazle el regalo al
Señor de tu confianza: ¡espera en Él contra toda esperanza! Y pídele unos ojos
nuevos para poder descubrir el momento que Él pone para que vuestros caminos
vuelvan a unirse. ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma