Ni
Naciones Unidas, ni Patricio Larrosa… al final ganó la Unión Europea el Premio
Princesa de Asturias de la Concordia
Al
final, no pudo ser. La Unión Europea fue la que se llevó el Premio
Princesa de Asturias de la Concordia.
Así se hizo saber el pasado miércoles 21
de junio, en una decisión que dejó helados a muchos: a los amigos del misionero
accitano Patricio Larrosa, que confiaban en la cordura del jurado, y a los que
no entienden cómo la Unión Europea, que se quita como puede el problema de los
refugiados que llaman a su puerta, ha sido la destinataria de este premio de la
concordia. En fin, ellos sabrán lo que han hecho.
Para
Acoes, la ONG que da soporte a la acción misionera de Patricio Larrosa en
Honduras, la nominación ya ha sido un gran premio. Y lo ha sido porque muchos
han podido conocer la gran labor que realiza este misionero de la diócesis de
Guadix en Tegucigalpa.
Allí,
a las afueras de la capital, en la periferia como gusta decir ahora, Patricio
da educación y ofrece futuro a casi 10.000niños, a los que nutre de cultura
pero, también, de libros, calzado, comida,…. lo que necesitan.
Acoes
y Patricio han creado varios colegios para ofrecer una salida a los niños de
esos barrios marginales. Y como las necesidades no paran de crecer, ya están
planeando la construcción de otro colegio que dará cobertura a otros 1.000
niños más. Eso sí que es favorecer la concordia, desde la cultura y la promoción
humana.
La
verdad es que Patricio, que nació en el pequeño pueblo de Huéneja, en Granada,
lo tenía muy difícil. Se sabía que uno de los candidatos era el exsecretario
general de la ONU, Ban Ki-moon. Pero nadie esperaba que la Unión Europea
también entrara en disputa por este premio. Al final, Patricio no pudo
frente a la ONU y la Unión Europea juntas. Eran demasiado, para alguien de un
pueblo pequeño, que trabaja en una barrio de las afueras de una capital tan
complicada y difícil como es Tegucigalpa.
Pero
no importa, porque estar entre los candidatos ya es un gran reconocimiento.
Aunque si le hubiesen dado el premio, con el dinero habrían terminado el nuevo
colegio que ya han comenzado a proyectar. Tendrán que seguir trabajando para
conseguir los dólares que necesitan y seguirán contando con los que, a través
de Acoes.org, ayudan a Patricio y a su labor misionera. Contar con todos esos
buenos amigos es el mejor reconocimiento. Y eso sí que lo tienen Acoes y el
misionero Patricio Larrosa. Felicidades.
Antonio
Gómez
Fuente:
Alfa y Omega