En su
momento acompañaron el crecimiento de niños de todo el mundo
Para
los que crecieron en la década del 80 la serie animada de He-Man era una de las
preferidas. El príncipe Adam usaba su espada para convertirse por el poder de
Graiskull en el héroe y gran protector del reino de Eternia. Como He-Man, hacía
frente con sus amigos al maligno Skeletor.
Musculoso
y fortachón, sin embargo prefería usar el poder de las ideas y la inventiva,
además de su destreza y habilidad física, para vencer al enemigo. Con su fuerza
levantaba montañas si era necesario, pero no golpeaba a ningún ser viviente, y
su espada era más para vencer o esquivar obstáculos que para la pelea.
Al
término de cada capítulo, He-Man o alguno de sus amigos interrumpía la lógica
televisiva, dirigiéndose directamente a la supuesta cámara, para reflexionar
con el televidente sobre un mensaje de la historia que concluía. Entre otras
cosas, los mensajes de He-Man, Duncan, Sheila (Teela) y mayormente Orko,
ayudaban a entender que las ideas pueden ser más poderosas que la fuerza
física.
He-Man
enseñaba que aquellos que buscan atajos para obtener el poder y el éxito como
el villano Skeletor no triunfan. La gente exitosa es aquella que trabaja
duro, aclaraba, y explicitaba: “No te dejes engañar por aquellos que te dicen
que tienen un atajo”.
Uno
de los consejos más populares del musculoso superhéroe y que aún hoy se
distribuye por redes sociales, tiene que ver, explícitamente, con las drogas.
En ese episodio, Sheila había probado una poción mágica que la ayudaría: “Pero
no hay pociones mágicas. ¿Y saben qué? No existen píldoras (drogas) mágicas.
Cada vez que tomas una que no sea de parte de tu médico o doctor, están
asumiendo un gran riesgo. Están apostando con su salud. Incluso quizá su vida.
Las drogas no hacen que tus problemas desaparezcan. Simplemente crean más
problemas.”
Los
consejos abordaban cuestiones prácticas para los más chicos como cuidarnos a
nosotros mismos independientemente de que haya policías o salvavidas cerca,
tratar bien a los animales y cuidar a nuestras mascotas, cuidar la creación e
incluso el cuerpo propio.
En
otras ocasiones los mensajes enaltecían el valor de la adopción, la amistad, y
en muchos casos, la relación padre e hijo. En un diálogo entre Duncan y su hija
Sheila, ella relataba que estaba tan ansiosa por hacer algo que no se detuvo a
pensar en el peligro, ni siquiera ante la advertencia de otros.
“Los
padres no siempre estamos acertados, pero lo intentamos. Porque amamos a
nuestros hijos e intentamos hacer lo mejor para ellos. Y te diré un secreto:
Odiamos decir que no a algo que quieren. Por eso, cuando lo hacemos, es porque
tenemos una buena razón. Intenta recordarlo la próxima vez que tus padres te
digan que no”, completaba Duncan.
Saber
perdonar, expresar el afecto a los demás, perder pero también saber ganar, la
belleza de los buenos actos, el trabajo en equipo, etc., los consejos de
He-Man abordaban un gran abanico de temas con un lenguaje absolutamente
sencillo y directo para los más chicos.
Es
muy difícil encontrar polémicas en sus mensajes, que anclaban el sentido de
historias donde lo bueno, lo bello y lo verdadero parecían estar siempre del
lado indicado. Son ideas que parecen absurdas para historias de superhéroes del
siglo XXI, pero que en su momento acompañaron el crecimiento de niños de todo
el mundo, inspirándolos en nobles ideales aplicables en casa.
He-Man,
de Masters of the Universe, se emitió originalmente entre 1983 y 1985, en más
de 140 episodios.
Esteban Pittaro
Fuente:
Aleteia