Hay
quien dice que la eutanasia es un cuidado paliativo más, y no es verdad
“Hay
quien dice que la eutanasia es un cuidado paliativo más, y no es verdad.
Pero
tampoco es una postura adecuada desde el ámbito provida colocarnos de manera
ideológica ante la eutanasia, porque la cuestión que tratar es el
sufrimiento del paciente, y ahí las ideologías desaparecen”, explica el doctor
Carlos Centeno, de la Universidad de Navarra, que este fin de semana responderá
a la cuestión: ¿Qué pasa si un paciente nos pide morir? en el
Congreso Nacional Provida que se celebra en Pamplona.
En
primer lugar, como profesional, la respuesta ha de venir desde un nivel
clínico, “cómo ayudamos a ese paciente que está sufriendo y nos pide morir. A
esa persona no le ayuda nada decirle simplemente: “Yo eso no lo hago”. Hay
que ver qué hay detrás de esa petición, por qué la persona pide morir”. De
ahí que lo primero a hacer es repasar la situación clínica, emocional y social
y existencial del paciente, hay que revisar cómo le afectan cuestiones como su
medicación, su estado de ánimo, su control de dolor, el soporte que tiene la
familia…
De
este modo aclara que “cuando alguien te dice: ‘Yo no quiero vivir’, muchas
veces quieren decir: ‘Yo no quiero vivir… así’. Si dice eso es porque
experimenta algo tremendo, a veces dramático”. Y ese algo “muchas veces es un
descontrol de síntomas que hay que mejorar. A veces se puede querer morir
porque no hemos tratado bien el dolor, porque está agotado por no descansar o
porque no hemos dado el alivio conveniente a un malestar constante. Una vez
controlado eso, el paciente es otro”.
En
otras ocasiones “puede haber un componente importante de depresión, que es algo
que nos puede pasar a todos, y que también tiene un tratamiento médico”. Otras
veces es el aislamiento, la soledad o la falta de sentido, que se notan aun
teniendo controlados los síntomas. En estos casos la medicina tiene que
proponer soluciones a través de nuevas psicoterapias u ofreciendo modelos de
atención que cubran necesidades sociales.
“Y,
en más raras ocasiones, también podremos encontrarnos con un Ramón Sampedro,
con personas que desean decidir el momento de su muerte”. En esos casos,
“lo primero que tiene que haber es un respeto enorme hacia su sistema de
valores”, pero posibilitarle al mismo tiempo «un contexto de actuación que le
pueda aliviar el sufrimiento o el dolor, y en el que mi conciencia como médico
no se vea forzada. Esa persona puede pedir morir, pero a la vez, siempre desde
el respeto, sabe que hay algunas cosas que podremos darle y otras que no.
Decirle delicadamente y con los hechos: “Yo hago y haré por ti todo lo que
pueda porque soy tu médico, pero entiende que me estás pidiendo que deje de ser
médico”.
Sedación no es en sí
eutanasia
Carlos
aclara que “sedación no es en sí un sinónimo de eutanasia. Sedar sirve
para que un paciente esté más tranquilo, menos agitado o pueda dormir. Calibrar
la dosis de sedante es también medicina, incluso para privar de la conciencia
si el médico considera que existe un sufrimiento intolerable que no se puede aliviar
de otro modo”.
Pero
simultáneamente hay más pasos que dar. Carlos tiene la experiencia de que “a
veces sentarte a escuchar y tratar de comprender el sufrimiento del paciente ya
supone un alivio para él”, y menciona en este sentido un estudio reciente de la
Universidad de Harvard que demuestra que simplemente conversar sobre la
enfermedad, el pronóstico y los planes de cuidado con el profesional de la
medicina reduce de manera considerable la angustia del enfermo.
Por
este motivo, lamenta que hoy “estamos formando médicos y enfermeros que no
han cultivado suficientemente el sentido de la compasión. Hace falta no solo
pericia profesional, sino también comprensión. Ante el sufrimiento
existencial de los pacientes, la medicina tiene que avanzar y trabajar para
preservar la dignidad con en el trato personal esmerado y la conversación en
profundidad con el paciente”.
“No
podemos simplemente lanzarnos de cabeza contra la eutanasia, hay que mejorar el
modo de atender a quien está al final de su vida”, y crear también “un sistema
de protección que permita cuidar las familias. ¿Por qué no es posible cogerte
una baja para cuidar a tu padre enfermo, como se hace en otros países?”.
Juan
Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Fuente:
Alfa y Omega