Con nombre propio
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
unos días, Lety y yo tuvimos que salir al centro médico para hacernos unos
análisis. Mientras íbamos de camino, nos cruzamos con algún conocido de la
Comunidad que, con alegría por vernos, detuvo su camino para saludarnos.
Un
poco más adelante un coche nos pitó, y las dos reaccionamos saludando con
cariño a la persona que iba dentro. Como yo llevo menos años que Lety, supuse
que era alguien que yo aún no conocía, y le pregunté:
-¿Quién
es?
-No
sé, no la conozco... -respondió Lety- Pero mira qué impresionante: amor llama a
amor. Como ella nos ha saludado, nos surge devolverle ese gesto con cariño.
Y
es verdad, me asombró muchísimo aquello, así que no me quedé con las ganas y
decidí salir de mi timidez y hacer una prueba.
Cuando
nos tocó el turno, entramos las dos a hacernos la extracción. Noté
perfectamente que la enfermera que estaba ante mí no tenía un día especialmente
alegre. Y, de pronto, el Señor me iluminó y condujo mis ojos hacia una etiqueta
que llevaba en su bata: "Carmen". Nunca había hecho aquello, pero
alguna vez tenía que ser la primera, así que decidí lanzarme:
Al
terminar, mientras me ponía el algodón, le dije:
-Muchas gracias, Carmen.
Ella,
mientras yo pronunciaba el 'gracias', ya me estaba respondiendo 'de nada',
pero, cuando oyó su nombre, sacudió la cabeza, se le puso una sonrisa de lado a
lado y me volvió a repetir aquellas palabras, pero esta vez con un cariño diferente.
Ya
sí que no salía de mi asombro: es verdad, amor llama a amor, y ahora lo había
experimentado desde el otro lado.
Y
es que para el Señor no somos un número más que pasamos entre la multitud como
si nada. Él nos ha soñado uno a uno, con nombre. Y Él nos ha regalado la misma
herramienta que utiliza Él para hacernos felices: el Amor. Jesús dejó asombrado
a Natanael cuando le dijo "Cuando estabas bajo la higuera te vi...",
o a Mateo, cuando con sólo una mirada le hizo experimentar todo Su Amor sobre
su vida; o a la Samaritana, o a Lázaro...
Por
eso, hoy el reto del Amor es sorprender a alguien llamándole por su nombre. Haz
tú también la prueba y verás que detrás de ello está el Señor sorprendiéndote a
ti.
VIVE
DE CRISTO
Fuente
Dominicas de Lerma