Y lo que pasó a
continuación, en una de las ciudades más violentas del planeta, hizo a uno de
los soldados echarse a llorar
En una
entrevista a Radio María Argentina, el sacerdote mexicano p.
Patricio Hileman relató un hecho asombroso ocurrido en la
violenta Ciudad Juárez, situada en la frontera entre México y Estados
Unidos, en el año 2013.
La ciudad
estaba en estado de sitio a causa de la sangrienta disputa entre facciones del
narcotráfico, en particular los cárteles de Juárez y Sinaloa, este último
dirigido por el infame capo Joaquín “el Chapo” Guzmán Loera. En medio
de un escenario de extrema violencia, con una elevada tasa de homicidios
diarios, una parroquia solicitó con urgencia que se abriera una capilla de
Adoración Perpetua. Bastaron tres días para transformar la iniciativa en
realidad.
En
ese mismo año, una mujer se dirigía a la capilla a las 3h de la
madrugada para hacer su turno de Hora Santa, cuando seis soldados la
interceptaron, cuestionaron su presencia en la calle a esas
horas y dudaron que ella estuviese yendo a una capilla cuando
todo estaba cerrado.
Ella
les invitó a acompañarla. Cuando llegaron a la capilla, los soldados
se quedaron sorprendidos al ver a otras seis mujeres haciendo
adoración eucarística a las tres de la mañana – y aún más cuando una
de ellas les dijo lo siguiente:
“¿Ustedes piensan
que nos están protegiendo? Nosotros estamos orando por ustedes las 24
horas del día”.
Uno
de los soldados, dejando el arma, comenzó a llorar y cayó de
rodillas ante el Santísimo Sacramento. En la madrugada
siguiente, a las 3h, ese mismo soldado, vestido de paisano, estaba de
rodillas en la capilla, haciendo su hora santa ante el Santísimo
Sacramento de la Eucaristía y “llorando mares de lágrimas”.
Ciudad
Juárez ha ido experimentando una caída acentuada de la tasa de homicidios.
Hasta 2010, el lugar aparecía frecuentemente en el ranking de
las 10 ciudades más violentas del mundo. En los últimos años, has salido
de la lista y ocupa posiciones mejores que varias ciudades
del llamado “primer mundo”, como las norteamericanas Baltimore y New
Orleans. Aun así, el número de homicidios en Ciudad Juárez sigue
siendo alto y continúa exigiendo firmes esfuerzos por parte del
gobierno y mucha oración por parte de los cristianos – pero descendió
de 3.766 en 2010 a 256 en 2015.
Dios siempre
pide que hagamos nuestra parte, y, entre las varias medidas adoptadas para
superar la violencia en esa ciudad del norte mexicano, ¡parece que
la Adoración Eucarística Perpetua ha sido un arma de altísimo poder
en la lucha por el bien y por la paz!
ALETEIA MEXICO