"El Papa lo ayudó, pero es también un ejemplo para decir que las personas sin hogar tienen una gran dignidad”
El
Papa Francisco narró en una reciente entrevista una de las anécdotas más
entrañables de la vida de San Juan
Pablo II y alentó a los fieles a tener gestos de cercanía con
las personas sin hogar.
La
historia, que se encuentra desde hace años en diversos sitios web, tiene como
protagonistas a San Juan Pablo II y a un mendigo que vivía en la ciudad de
Roma. Francisco la narró durante la entrevista que concedió a fines de febrero
al semanario “Scarp de’ tenis”, elaborado por personas en situación de
exclusión social de Milán y distribuido directamente en sus calles.
“En
el Vaticano -relató- es famosa la historia de una persona sin hogar, de origen
polaco, que normalmente se quedaba en la Plaza del Risorgimento de Roma. No
hablaba con nadie, ni siquiera con los voluntarios de la Cáritas que le
llevaban un plato caliente por la tarde.
Solamente
después de un largo tiempo lograron hacer que les contara su historia: ‘Soy un
sacerdote, conozco bien a su Papa, hemos estudiado juntos en el seminario’. Los
rumores llegaron a San Juan Pablo II, que escuchó el nombre, confirmó que había
estado con él en el seminario y quiso reunirse con él.
Se
abrazaron, después de cuarenta años, y al final de una audiencia el Papa pidió
que lo confesara. Después de la confesión, el sacerdote le dijo al Papa: ‘Ahora
te toca a ti’. Y el compañero de seminario fue confesado por el Papa”.
“Gracias
al gesto de un voluntario –continuó el Papa–, de un plato caliente, de algunas
palabras de consuelo, de una mirada de bondad, esta persona pudo volver a
levantarse y emprender una vida normal que lo llevó a convertirse en capellán
de un hospital.
El Papa lo ayudó, claro, es un ‘milagro’, pero es también un
ejemplo para decir que las personas sin hogar tienen una gran dignidad”.
Fuente:
ACI