Un cooperante de Madre Teresa quería quedarse con ella en la India; le preguntó Madre Teresa, pero ¿estás casado, tienes familia? Sí. Pue ve con tu familia, hazlos felices, es tu mejor labor cristiana, tu vocación
En una estupenda
Tribuna, como es habitual en Serrano Oceja, comentaba el desplome del
matrimonio canónico en España. En quince años, más intenso en 2007-2014. La
gente se casa menos, hay mucha convivencia more uxorio, y lo que se casan
lo hacen más civilmente.
La campaña, como toda campaña mentirosa, del divorcio en España comenzó en los 80, aduciendo que en la época de Franco no estaba este permitido y que había miles de parejas que no podían legalizar su situación. Se aprobó el 7 de julio de 1981 una ley de divorcio y en el primer año sólo hubo uno 400 divorcios.
La campaña, como toda campaña mentirosa, del divorcio en España comenzó en los 80, aduciendo que en la época de Franco no estaba este permitido y que había miles de parejas que no podían legalizar su situación. Se aprobó el 7 de julio de 1981 una ley de divorcio y en el primer año sólo hubo uno 400 divorcios.
Se nos dijo: ya ven esto
no es para tanto, son casos extremos de machismo, de situaciones insostenibles
y no hay que preocuparse por la estabilidad del matrimonio que es un bien
social; no exageren, nadie quiere acabar con el matrimonio. En 2005 con el
gobierno de Zapatero se instauraba el divorcio exprés, sin separación previa,
previsto para especiales casos, pero que no figuraban en la ley. He mantenido
que en España es más sencillo divorciarse, que darse de baja de un adsl, o
conexión a Internet. Algo no funciona en una sociedad si eso es así. Por
cierto no veo propuesta alguna de los partidos para animar y consolidar la
unión matrimonial. Al tiempo que se admitía al matrimonio civil a personas del
mismo sexo.
La famosa secularización
ya está en una institución seria como es el matrimonio. Evitaré hacer
diagnósticos, ya hay demasiados y poner de relieve algunas ideas para el
matrimonio en la Iglesia y por la Iglesia. Cuestión delicada ya que el
cristianismo considera al matrimonio como una institución universal, natural,
que se hace sacramento cuando ambos cónyuges son bautizados. Ni las
propiedades, ni la esencia, ni los fines del matrimonio son
propiamente canónicos, aunque esos elementos quedan reforzados en el matrimonio
cristiano.
1.- La Iglesia es consciente
de que la formación para un amor verdadero y abierto a los hijos exige una
formación seria que empieza en la familia y que no acaba nunca. Es además un
campo en que los fieles laicos pueden ayudar, asesorar y ayudarse en un
espacio propio. Urge que cada diócesis, como vea conveniente, tenga un
Instituto para la organización de esta formación. Antes del matrimonio; se debe
enseñar esto desde edades tempranas en los colegios católicos y en las
familias. Inmediatamente al matrimonio a través de los cursos para quienes van
a contraer matrimonio.
Llevo más de diez años en un equipo del Oratorio del Caballero de Gracia en Madrid, donde se imparten en un fin de semana y que ayuda de verdad a muchas parejas para ser conscientes de su compromiso. Después del matrimonio a través de grupos de casados, de orientación familiar, de educación de los hijos. Está demostrado que quienes hacen terapia adecuada antes de romper, suelen salir reforzados en su compromiso.
Llevo más de diez años en un equipo del Oratorio del Caballero de Gracia en Madrid, donde se imparten en un fin de semana y que ayuda de verdad a muchas parejas para ser conscientes de su compromiso. Después del matrimonio a través de grupos de casados, de orientación familiar, de educación de los hijos. Está demostrado que quienes hacen terapia adecuada antes de romper, suelen salir reforzados en su compromiso.
2.- El consentimiento
matrimonial de quienes van a contraer es fundamental. Ellos se casan; el
sacerdote que les casa, no les casa, pide en nombre de la Iglesia y recibe el
consentimiento libre de que se quieren por esposos. No es decir, te quiero,
sino porque te quiero me COMPROMETO a quererte en tu totalidad esencial y
existencial para formar una familia. Convierto mi amor de gratuito en obligado,
porque así lo quiero.
3.- La sanación en la raíz
es una institución jurídica, en la que el Obispo generalmente, puede sanar,
hacer válido un matrimonio, siempre que el consentimiento matrimonial fuera
serio y aunque hubiese faltado la forma canónica. Explico. Dos amigos míos
llevan 18 años unidos, han tenido dos hijos, se son fieles, pero se unieron porque
su referencia a la Iglesia era muy leve o no existía. Con el tiempo han
madurado humanamente y quieren acercarse a Dios a través de la Iglesia. Pues
bien no hace falta que se casen; pueden pedir al Obispo que sane su matrimonio
y lo haga canónico. Hay que activar las sanaciones en la raíz. Canónes
1161 a 1165 del Código de Derecho canónico.
4.- Antes de acudir a la
nulidad canónica de matrimonio, se debe procurar que si es posible lo esposo
convaliden su matrimonio si su consentimiento fue anormal. Estas cuestiones se
podrían atender, con sicólogos, médicos, sacerdotes en el Instituto que
señalaba de cada diócesis
5.- Una cuestión pequeña
pero muy práctica: facilitar las bodas en los templos; no es sostenible que en
algún templos te den cita para la boda dentro de dos años. Una Iglesia en
campaña, de 24 horas, se debe organizar en estas cuestiones. Dediquen
sábados enteros a la celebración de bodas.
Las celebraciones de
aniversario solemnes de la boda, 25 aniversario, 50 aniversario, 15 aniversario
puede ser interesante que no sean sólo una celebración cristiana privada, la
comunidad eclesial debe ser consciente de la fidelidad de los esposos, momento
de dar gracias y pedagogía dela fidelidad y la alegría.
Un cooperante de Madre
Teresa quería quedarse con ella en la India; le preguntó Madre Teresa, pero
¿estás casado, tienes familia? Sí. Pue ve con tu familia, hazlos felices, es tu
mejor labor cristiana, tu vocación.
Católicos, curas,
Obispos, Conferencias episcopales, laicos, familias, a trabajar.
Daniel Tirapu
Fuente: ReligionConfidencial