Escribiendo en el
polvo
Hola, buenos días, hoy Verónica nos
lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer me puse a diseñar en un ordenador que no usamos.
Al no usarlo, estaba todo lleno de polvo. Tenía bastante prisa, así que,
después de desayunar, me bajé rapidísimo, sin siquiera entrar en el Oratorio
del Noviciado a entregarle la mañana al Señor.
Cuando bajé, me encontré que
alguien había escrito con el dedo en el polvo "XTO". Entonces fue
como si me parasen en seco. Este detalle me hizo volverme a Él otra vez. Sentí
que el Señor me paraba y me pedía que fuese a entregarle la mañana.
Es verdad que hay días en los que te levantas tan
centrada en lo que tienes que hacer que ni siquiera paras con el Señor. A
nosotras, aunque somos monjas, también nos pasa, y tenemos que ponernos alarmas
durante los ratos de trabajo para ir a ver al Señor y volvernos otra vez a Él.
Porque el trabajo y la actividad te absorben, incluso aunque lo estés haciendo
por y para el Señor.
Si hoy te has levantado así y el Señor te ha regalado
leer este reto, para antes que nada y vuélvete al Señor, pídele estar atenta a
sus detalles, que le puedas sentir, que le puedas ver en los acontecimientos
que ocurran en el día de hoy. Al no parar se van acumulando las cosas, y al
final del día acabas sin ganas de nada porque has acumulado el enfado de por la
mañana, una mala cara, que te toque el lento en la carretera... si no vaciamos
en Él todo eso, no va a caber el amor.
Te invito a hacer el cambio de mochilas: tú le dejas a
Cristo la tuya y Él te va a dar su amor. Él lo dijo: "Yo estaré con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo". Él está dispuesto al
cambio, por eso ha muerto por nosotros, para quedarse nuestras mochilas.
Hoy el reto del amor es hacer cambios con el Señor.
¡Deja que Él se quede con tu mochila y que Él te dé todo su amor! Verás el día
con otros ojos.
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma