Ya ha entrado en la lista
de intenciones que el cardenal Osoro tiene en su móvil
Cuando
fue en Nochebuena con sus padres y sus hermanos a una residencia a visitar a
los ancianos y cantar villancicos, Marcelo coincidió con el arzobispo y le
reveló que quería ser sacerdote, así que el cardenal Osoro le propuso entonces
rezar un avemaría cada noche el uno por el otro. El viernes se volvieron a
encontrar, y ambos confirmaron que lo seguían haciendo; de hecho, el nombre de
Marcelo está en la lista de intenciones que el cardenal Osoro tiene en el
móvil, como les mostró.
«A
nuestros padres siempre se les ocurren planes así», dice su hermana Cecilia. «Y
a veces están bien y a veces no tanto…», explica su hermano Yago. Por eso David
busca «el equilibro para que los niños no se cansen», y Mercedes explica que
para ellos es muy importante vivir la fe en familia, «porque la familia es la
Iglesia, es donde ellos aprenden a ser Iglesia. Los niños aprenden la fe no los
domingos, sino en casa, diariamente».
Lo
hacen «intentando rezar juntos por las noches, y buscando realizar de vez en
cuando alguna obra de misericordia como visitar a los ancianos, o compartir
nuestro tiempo con niños que no tienen familia…». Todo eso para «poner a Dios
en el centro de nuestra vida», dice Mercedes.
Y
como a veces vivir juntos no es fácil, no dudan en recurrir al perdón, aunque
tengan que echar un mano los niños, como «una vez que mis padres discutieron y
yo les dije que no me iba a la cama hasta que no se perdonasen, y al final lo
hicieron», revela Cecilia, divertida.
Escrito por Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Alfa y Omega