Mira con quién vas a quedar
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
El otro día vino una amiga, Luisa María, a verme. Me
llamó para decirme que necesitaba compartir, y quedamos por la mañana. Ella
madrugó, montó en el coche, ¡y a Lerma!
Cuando llegué al locutorio, la saludé, nos sentamos, y
me dijo:
-¿Sabes qué te he traído?
-No -contesté- Cualquier cosa, ¡siempre me sorprendes!
Entonces empezó a sacar de una bolsa unas tazas,
cucharillas, azúcar y dos "teteras-termo" (una llena de café y otra
de leche) y, para terminar, de la bolsa salió una bandeja de donuts.
Me la quedé mirando con una cara de sorpresa
impresionante, y, para mayor asombro, me explicó:
-He pensado... con una amiga, ¿qué se hace? ¡Se queda
a tomar un café! Y aquí estamos, tomándonos un café y hablando del Señor.
Me reí porque era de las cosas que nunca me habían
pasado en el locutorio, y disfrutamos de ese rato, mientras nos tomábamos un
buen café.
La verdad es que su actitud me hizo orar mucho: había
venido no sólo a hablar, sino a ver a una amiga, y se había parado a pensar qué
traer para hacerme feliz. Ella me vio, me di cuenta de que no era invisible
para ella. Cuando llegaron las novicias a saludarla, ¡te puedes imaginar, los
comentarios del café...!
Al llegar a la oración y abrir el evangelio para orar,
me di cuenta de cómo Jesús siempre miraba a las personas, no le pasaba
desapercibido nadie: a Zaqueo le vio en el árbol y le mandó bajar para ir a su
casa; cuando le tocan el borde del manto, entre tanta gente, Él busca a la
persona que lo ha hecho; cuando el centurión le pide una curación, Jesús ve su
fe. Estos son los sentimientos que tenemos que tener, los mismos de Cristo.
Cada persona es un regalo que Jesús te hace en tu vida.
Hoy el reto del amor es ver a esa persona con la que
vas a quedar. No lo veas como algo que toca, o porque sí. Párate a orar: ¿qué
es lo que necesita de ti? ¿Qué es realmente esa persona para ti? ¿Dónde la
tienes colocada en tu corazón? Y ahora, desde estos sentimientos, mírala con
amor y acércate a ella; verás como la conversación y el encuentro son
distintos. Que tengas un feliz día.
Fuente: Dominicas de Lerma