Ella estaba sorprendida y
preocupada, pero lo que hizo después fue increíble
Desde el inicio del año, el pequeño Dylan
le pidió a su mamá que preparara dos sándwiches, en lugar de uno, para llevar a
la escuela. Josette Duran, de Albuquerque (Estados Unidos) no hizo preguntas,
pensando que su hijo sólo tenía mucha hambre. Sin embargo, un día ella no se
aguantó y le preguntó:
“Hijo, ¿no te quedas
satisfecho con uno solo?”. El niño respondió: “Es para otro niño. Él nunca lleva
nada de comer, creo que no tiene dinero”.
Esta historia marcó el
corazón de Josette, que algunos años antes también pasó por una situación
difícil. Madre soltera, también se quedó sin trabajo y sin posibilidad de
alquilar un departamento. En aquella época, ella tuvo que dormir en su
coche y bañar a su hijo en baños públicos.
Josette dejó de hacer
preguntas, y continuó preparando dos meriendas para su hijo. Un día, el
director de la escuela la llamó. Ahí, conoció a la mamá del amigo de Dylan. La
mujer sabía lo que Josette estaba haciendo por su hijo, y con lágrimas en los
ojos, le agradeció. “Sé que has alimentado a mi hijo, y te lo agradezco de
todo corazón. Ya he conseguido un trabajo”, le dijo la mamá del chico,
ofreciendo dinero a Josette.
Ella no aceptó el
dinero. La buena acción de su hijo, que se preocupó por su amigo, le enseñó a
Josette que ella podía hacer más. Ella reunió a las amigas de su equipo de
voleibol, que recaudaron 400 dólares. El dinero fue usado para pagar
los almuerzos en el restaurante de la escuela para todos los niños cuyas
familias pasaban, en ese momento, por problemas económicos.
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Fuente: Aleteia