¿Quién lleva el control? volante sólo hay uno...
Hola, buenos días, hoy Verónica nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Tengo que reconocer que soy una persona a la que le
encanta tener todo bajo control. Y hay días en que el control se te va de las
manos, más que nada porque al primero que no se le puede controlar es al Señor.
En la oración de la mañana le pedí al Señor que me sanara de eso, que poco a
poco me fuese relajando y le dejase el control a Él. Cada vez que durante el
día me saltaba el tenerlo todo controlado, se lo volvía a pedir al Señor. Fue
pasando el día y parecía que no me escuchaba, parecía...
Nosotras, en los libros con los que rezamos la
liturgia, tenemos un montón de imágenes del Señor, de la Virgen... que nos
ayudan a orar. Ese mismo día, en la oración de la tarde, abrí el libro y me
encontré con una imagen que daba respuesta a lo que Le estaba pidiendo al
Señor. La imagen era un corazón en el que había un sillón con unos mandos en
los laterales, y el chico se había bajado y estaba invitando a Jesús a sentarse
en él.
Me vi totalmente reflejada. Sentí que estaba sentada
yo en el sillón y no le estaba dejando actuar a Él. Me di cuenta de que el
dejarle el trono al Señor es un ejercicio que hay que hacer muy a menudo
porque, personalmente, me parece bastante cómodo y le suelo quitar el sitio.
Pero también sentí la alegría con la que el Señor quiere volver a sentarse y a
manejar los mandos de mi vida: en la imagen tiene una sonrisa enorme, una
sonrisa de perdón, de acogida.
Hoy puedes sentir que se te va el control de todo,
puede que te empieces a frustrar porque quieres tenerlo todo bien supervisado.
Si te sientes así es porque has dejado al Señor fuera del sillón. Sí, dejarle
los mandos a Él tiene un peligro: que no sabes cómo van a salir las cosas, la
incertidumbre... pero una cosa está clara, ¡van a salir! Te aseguro que vivirás
más relajado sabiendo que los mandos los maneja el Hombre que quiere tu
felicidad por encima de todo.
Hoy el reto del amor es que le dejes el control y,
cada vez que cojas tú los mandos... devuélveselos. Él quiere liberarte de la
cárcel en la que nos mete el control.
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
