Porque él
aborrece el hecho de que su derrota final vendrá de la mano de una sierva
humilde
Satanás odia a la Santísima
Virgen María. De hecho, ha estado haciendo todo lo que está en su poder para
desmotivar la devoción hacia ella e inculcar odio hacia ella durante dos
milenios. ¿Te has dado cuenta que son los dogmas Marianos y las devociones a la
Virgen las que despiertan las más fuertes reacciones en aquellos que rechazan a
la Iglesia? Incluso algunos buenos católicos se avergüenzan de la devoción a
Nuestra Señora, y sienten que no deberíamos ser tan extremos en nuestra
veneración a ella.
Tal vez, te has preguntado
porque la Iglesia tiene en tal alta estima a la Inmaculada Virgen María. Tal
vez, te has preguntado porque Dios ha escogido servirse de ella en
la obra redentora. Hoy, me gustaría echar una mirada al porque el diablo odia
tanto a nuestra Santísima Madre, y porque nosotros deberíamos ser sus fieles
siervos.
Ella aplastará su cabeza
El escenario es el jardín
del Edén. Los personajes son Dios, la serpiente, Adán y Eva. El diablo se
regodea en su triunfo. Acaba de engañar a Eva, y a través de ella, a Adán. Que
orgulloso está de sí mismo. Casi puedes sentir su orgullo demoniaco en la
destrucción, ya que ha podido malograr la obra de la mano creadora de Dios, y
arrastrar a los seres humanos - por quien Dios tiene un amor especial - a la
muerte y la miseria.
Dios aparece en la escena a
limpiar el desorden, declarando la trágica maldición que arrastra el pecado,
pero también para proclamar el proto evangelio, un primer vistazo al Evangelio
y la condena del diablo.
Dios comienza por dirigirse a Satanás, diciendo que se arrastrará en el suelo por el resto de sus días. Luego revela algo que hace que Satanás tiemble de horror: su derrota final vendrá de las manos de una mujer.
"Haré que tú y la
mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su
descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón". (Génesis
3,16)
Ahora los académicos
argumentan acerca de si el pronombre en la frase es o no masculino, "Su
descendencia te aplastara la cabeza" - eso es si se refiere a la Virgen
María o a Jesucristo. Pero voy a contarles un pequeño secreto: eso no importa.
Verán, Jesús aplastará la cabeza de Satanás a través de María. Ella es
el instrumento que Jesús utilizará cuando destruya a su antiguo
enemigo.
Con eso en mente, es
totalmente legítimo decir “Él aplastará tu cabeza” tanto como es decir “Ella
aplastará tu cabeza”. Es casi como decirle a un asaltante armado, “Un paso más
y te disparo” y “Un paso más y mi magnum 44 te volará la cabeza”. Ambas
afirmaciones son verdaderas.
Entonces, ¿Por qué le duele
tanto al diablo que María sea quien lo derrote? ¿Porque Dios quiso utilizar a
María para derrotar a Satanás? Ahora lo explico.
Derriba del trono a los
poderosos
El diablo odia, y
me refiero a que él aborrece el hecho de que su derrota final vendrá de
la mano de una sierva humilde. De alguna forma, su corazón orgulloso
puede manejar el ser derrotado por Dios porque sabe que es Todopoderoso y
Omnipotente. ¿Pero ser destrozado por una pequeña Dama de Nazaret? La idea es
sencillamente humillante. Eso lo vuelve loco. Porque si hay algo que la
creatura más orgullosa de toda la creación odia, es ser humillada.
Satanás encuentra que su
derrota a manos de la Virgen María es tan humillante porque ella es mujer, y
las mujeres son el sexo débil (1 Pedro 3,7), y él desprecia a los débiles. Él
de verdad disfruta ver a las mujeres siendo abusadas, degradadas y siendo vista
como objetos. Eso sin mencionar que nuestra Bendita Señora es humana, y Satanás
odia a los humanos porque tenemos cuerpos y él es puro espíritu, que desprecia
los cuerpos. Pero hay otra muy profunda razón por la que Satanás odia ser
derrotado por la Virgen María: Ella es su reemplazo en el cielo.
Verás, Lucifer fue
originalmente la mejor creación de Dios. Él era más hermoso, más poderoso que
todas las otras creaturas que Dios había hecho. Y como todos sabemos, se le
subió a la cabeza. Él era tan hermoso, tan poderoso que realmente creía que
podía ser mejor que Dios. Las marcas indelebles de Satanás son el orgullo y la
envidia del Todopoderoso.
¿Y cuáles son las
características que definen a nuestra Señora? Primero y
principalmente, ella es supremamente humilde. De hecho, ella es la más humilde
creatura que ha existido. Por cada onza de orgullo que el diablo tiene, María
tiene el doble de humildad. Por cada gota llena de odio y amargura en el
corazón negro de Satanás, el Corazón de María está llena del doble de alabanza,
adoración y amor. Por cada parte de la depravada, pervertida y deformada alma
del diablo, el Corazón de María está lleno de pureza y fecundidad. Y por
gracia, Dios ha hecho de ella la más exquisita y más gloriosa creatura en el
universo, el título que el diablo solía reclamar para sí.
En todas las formas, la
Inmaculada es totalmente opuesta a Satanás. En cada forma, ella es
su reemplazo en el Cielo, y él lo sabe. Este Divino intercambio de Satanás por
María se revela en el himno de nuestra Señora, el Magníficat:
"Proclama mi alma la
grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha
mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: Su nombre es
santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él
hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de
bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en
favor de Abrahán y su descendencia por siempre".
En el Magníficat, vemos
el rol de María en la salvación resumida bellamente:
· La
humildad de María “Porque ha mirado la humillación de su esclava.
· El
maravilloso trabajo de la gracia de Dios en ella: “Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí”
· Dios
reprendiendo a Satanás “dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono
a los poderosos”
· Su
colocación de María en el lugar de Satanás:” y enaltece a los humildes”
Lo peor de todo para
Satanás, su reemplazo en el cielo no es otra que la Madre de la Palabra viva,
Jesucristo, cuya pasión y muerte redimió a toda la humanidad a la que él ha
tratado tanto de destruir. Su «SÍ» a Dios deshizo la desobediencia de Eva, labrando
del camino para la obra salvadora del nuevo Adán. La misma debilidad de
Eva que Satanás instigó, fue reemplazada por la debilidad de la obediencia de
María, una obediencia a la voluntad de Dios que la ha hecho poderosa
más allá de cualquier límite. Este es el plan Divino para la derrota del
enemigo. Esta es la humillación y condena de Satanás.
Hasta la vista Satanás
Tal vez no lo sepas, pero
Satanás te odia. Su amarga envidia lo lleva a querer destruir la
obra de Dios y arrastrarla al abismo del infierno. A él no le gustaría nada más
que tú - hecho a imagen de Dios - lo acompañaras en las llamas eternas de un
lago de fuego, porque a la miseria le gusta la compañía.
Pero no temas. La antigua
serpiente no tiene poder contra la Inmaculada Virgen, porque en el plan de
Dios, ella es el instrumento que Jesús utilizó para humillar y destruirlo.
¿Quieres aplastar la cabeza del diablo en tu vida? ¿Quieres pasar con seguridad
a través de las pruebas, tentaciones y tormentas hacia tu hogar eterno? La
respuesta es simple, recurre a María. Ámala, sé su devota servidora.
Se su siervo, su defensor, su apóstol. Consagra tu ser total y completamente
porque nada de lo que le pertenezca se verá perdido. Como San Juan Damasceno
dijo de forma tan hermosa:
"Ser devoto a la, Santísima
Virgen María, es un brazo de salvación que Dios nos entrega a aquellos a los
que Él quiere salvar".
Satanás esta todo
alborotado, haciendo todo lo que puede porque sabe que su tiempo
se acaba. Está asustado y enojado, porque sabe que un día muy pronto, él será
aplastado por la Mujer que hace que su corazón tiemble, la mujer que
"¿Quién es ésta que se asoma como el alba, Hermosa como la luna llena,
Refulgente como el sol, Imponente como escuadrones abanderados?" (Cantares
6:10).
Por: Sam Guzman