La
amistad consiste más en un servir que en un sentir
La amistad es
un valor universal. Está claro que difícilmente podemos sobrevivir en la
soledad y el aislamiento, por eso necesitamos y disfrutamos de los amigos. Encuentra
aquí los principios para una duradera y recta amistad.
Necesitamos a
alguien en quien confiar, a quien llamar cuando las cosas se ponen difíciles, y
también con quien compartir una buena película. Pero, ¿qué es la amistad? ¿De
qué se compone? ¿Cómo tener amistades que duren toda la vida?
Caerse bien
Las amistades
suelen comenzar de imprevisto, y muchas veces sin buscarlas. En el camino de la
vida vamos encontrándolas. Y todo comienza porque alguien “nos cae bien”.
Convicciones,
sentimientos, gustos, aficiones, opiniones, ideas políticas, creencias,
religión son algunos de las cosas en común que pueden hacer
que nos hagamos amigos de alguien.
Sentirse a
gusto con una persona, conversar y compartir sentimientos es el principio de eso que llamamos amistad.
Algo en común
Para que la
amistad sea verdadera, debe existir algo en común y, sobre todo, estabilidad.
El interés
común puede ser una misma profesión, una misma carrera, un pasatiempo en común,
y la misma vida nos va dando amigos. Dice el refrán “Aficiones y caminos
hacen amigos”.
La amistad es
un cariño, un apreciarse que promueve un dar, un darse, y para ello
es necesario encontrarse y conversar.
Después, con
el tiempo, la amistad puede desarrollarse en profundidad y en extensión
mediante el trato, el conocimiento y el afecto mutuos.
La amistad no
puede desarrollarse sin estabilidad. Por eso cuando dejamos de ver durante
muchos años a nuestros amigos, a veces nos enfrentamos a que parecen personas
totalmente diferentes, o simplemente no se pasa de un diálogo superficial que
deja un mal sabor de boca.
La amistad es
algo que requiere estabilidad en el trato.
Tratarse
Conocer bien al
amigo es saber de su historia pasada, de sus quehaceres actuales y de sus
planes futuros; y del sentido que da a su vida, de sus convicciones; y de sus
gustos y aficiones, y de sus defectos y virtudes.
Es saber de su
vida, de su forma de ser, de comprenderse; es… comprenderle.
Comprender al amigo es meterse en su piel y hacerse cargo.
Desinterés
Para que una
amistad sea verdadera, no basta con carse bien, hay que dar el paso definitivo: ayudarse
desinteresadamente, sin esperar nada a cambio.
Al amigo se le
quiere porque él es él y porque yo soy yo. La amistad se orienta hacia
el tú y consiste más en un servir que en un sentir.
No es amigo ni
el compañero ni el camarada. Tampoco es amigo que el busca aprovecharse del
otro. La amistad no es comercio de beneficios. La verdadera amistad es, en gran
medida, servicio afectuoso y desinteresado.
Vale la pena
Ser amigo de
verdad no es fácil, pero vale la pena el esfuerzo. Es un gozo tener amigos de
verdad: estar con ellos, charlar, ayudarle o ser ayudado y disfrutar y alegrase
con ellos ¡poder contar con ellos!
Aunque cueste,
vale la pena el esfuerzo que requiere ser un amigo.
Tenerse
confianza
No solamente se
cree lo que dice el amigo, hay que creer en él. Tener confianza en el amigo
significa que tenemos la seguridad moral de que responderá favorablemente a las
esperanzas de amistad que depositemos en él.
La confianza
mutua hace posible la autenticidad.
Dar. Darse.
La generosidad
nos ayuda y facilita el dar que es esencial en la amistad. El dar y el darse es
esencial en la amistad. El amigo de verdad es generoso y da. Da sus
cualidades, su tiempo, sus posesiones, sus energías, sus saberes. Y lo
hace para procurar ayudar eficazmente al amigo.
Debemos mirar
generosamente, con respeto y con cariño. El egoísmo se opone
radicalmente a la amistad.
Un acto de
generosidad especialmente difícil es elperdonar. Debemos comprender y
saber los motivos de una acción que nos ha hecho daño. Saber perdonar es propio
de almas sabias y generosas.
Ser leales
No hay riqueza
más valiosa que un buen amigo seguro. Ser leal supone ser persona de palabra,
que responda con fidelidad a los compromisos que la amistad lleva consigo.
Leales son los
amigos que son nobles y no critican, ni murmuran, que no
traicionan una confidencia personal, que son veraces. Son verdaderos amigos
quienes defienden el interés y el buen nombre de sus amigos.
Ser leal
también es hablar claro, ser franco. Debemos también ser leales en corregir a
un amigo que se equivoca.
Ser agradecidos
Dice un refrán
que “El agradecimiento es el más efímero de los sentimientos humanos” y con
mucha frecuencia parece tener razón. La gratitud es propia de los verdaderos
amigos.
¿Cuántas veces
nos hemos sentido mal con un amigo porque no ha sido agradecido del tiempo que
le damos?
Nosotros
debemos agradecerle su tiempo, los buenos ratos que nos hace pasar, su ayuda
cuando nos sentimos mal. A nosotros nos gustaría que una amistad nos dijera
“gracias”, demos entonces nosotros el primer paso.
Un enemigo
mortal
El Yo es un enemigo mortal de la amistad. El orgullo y el egoísmo no caben
en la amistad. El orgulloso no mira más allá de su persona, de sus propias
cualidades, de sus intereses. No es capaz de ayudar a nadie.
Mantener las
amistades
Las amistades se
cultivan, maduran. Es fácil hacer amigos, pero es mucho más difícil
mantenerlos.
La vida pone a
prueba la generosidad, la lealtad, el agradecimiento, y no siempre se sale bien
de ella.
De aquellos
amigos de la universidad, poco a poco la lista se hará menor. De un grupo de 30
o 40 amigos, acabarán quedando, para toda la vida 3 o 4.
Hacer nuevos
amigos
El hecho de que
alguien no tenga muchos amigos no es algo que deba permanecer así. El cultivar
aficiones o asistir a alguna clase que nos interese es uno de los mejores
medios para hacer amigos.
Una cosa
maravillosa de la amistad, es que incluso la gente más tímida puede hacer
amistad ¡Con otros tan tímidos como ellos mismos!
Hacer nuevos
amigos es abrir horizontes. Si alguna vez algún amigo nos ha pagado mal, no
significa que ocurra así con todo el mundo. Lo peor que puede hacer
cualquiera es cerrarse.
Las amistades
cambian
Un punto
fundamental al entender la amistad es que las personas no somos
perfectas y cambiamos poco a poco, es decir, que no siempre encontraremos
un “solo mejor amigo”.
Habrá quien
comparta con nosotros nuestras aficiones, otro quizá nuestros problemas, otro
nuestros sueños.
Querer buscar
que una sola persona llene todas nuestras necesidades de amistad es algo que
podría llegar a ser una utopía. Además, ¿quién dijo que no se pueden tener
varios amigos?
¿Amistad o
complicidad?
Así como la
amistad sana es un valor esencial para nuestras vidas, el tener una
amistad con la persona equivocada puede serla fuente de muchos dolores de
cabeza.
Problemas de
droga, delincuencia, baja en el desempeño profesional, problemas familiares son
unos cuantos efectos de las malas amistades.
La amistad es
compartir, pero no es complicidad.
También es
importante recordar que somos personas individuales, con una conciencia
individual. El hecho de que tal o cual amistad “lo haga”, no significa que
nosotros debemos hacerlo.
Tampoco podemos
esconder nuestra conciencia individual en una conciencia “compartida”. Es el
caso típico de alguien que se mete en problemas serios porque salió con los
amigos y se perdió el control.
“Más vale solo
que mal acompañado” es un adagio que, de haber sido practicado a tiempo, podría
haber evitado muchos problemas.
Conclusión
La amistad es
tan importante para el desarrollo humano, su estabilidad y el mejora de la
sociedad que es un verdadero valor, que debemos cuidar y fomentar.
Artículo originalmente publicado por encuentra.com