Abboud ha afirmado que tan sólo el 1,5% del libro sagrado habla de violencia y, sin embargo, son estos textos los utilizados como justificantes de las posturas más radicales
Soha Abboud, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, ha
abordado el diálogo entre el cristianismo y el islam, y ha defendido que la
violencia no es una parte constitutiva del islam, sino que es fruto de la
interpretación del Corán por parte de algunos círculos minoritarios que
pretenden imponer una visión unilateral de la religión.
Su ponencia ha tenido
lugar en la 69 Semana de Misionología de Burgos, que en esta edición se centra
en el diálogo interreligioso.
La profesora ha
defendido que no se puede entender la postura actual de diálogo desde el islam
y con el islam si no hay un conocimiento de la historia. Según ha explicado,
desde las cruzadas hay una facción del islam que ve a Occidente como una
amenaza de conquista, tanto bélica como cultural. Por ello, algunos
intelectuales salafistas llaman a seguir el Corán al pie de la letra en los
textos más bélicos.
Abboud ha afirmado que tan sólo el 1,5% del libro
sagrado habla de violencia y, sin embargo, son estos textos los utilizados como
justificantes de las posturas más radicales. La profesora ha explicado el
verdadero sentido de la yihad en el Corán, que hace referencia al
mandato que cada creyente tiene de hacer un esfuerzo para islamizarse más, es
decir, para ser más profundo y auténtico. "El problema es cuando esta
yihad se interpreta literalmente como 'prepararse para la amenaza-ataque de
occidente".
Sin embargo,
Soha Abboud ha apuntado a varios motivos para la esperanza en el diálogo con el
islam. Por un lado, ha defendido que existen otros mensajes en el Corán -de
hecho son mayoría- que hablan de respeto. Por otro lado, ha destacado los
encuentros de los líderes islámicos con el Papa, como el del Iman al Azhar Amad
al Tayyid, que muestran que existe otra cara del islam. Por último, Abboud ha
animado a ampliar la formación y el conocimiento mutuo para fomentar el
diálogo.
La mañana ha
culminado con una mesa redonda que ha puesto sobre la palestra el tema del
diálogo interreligioso dentro de España, de la mano de José Alberto Barrera,
impulsor de los Cursos Alpha -una iniciativa novedosa dentro de la Iglesia
católica para el diálogo con diferentes sensibilidades religiosas- y de
Francesc Torradeflot, director de la Asociación UNESCO para el Diálogo
Interreligioso (AUDIR).
Los misioneros:
diálogo interreligioso en el terreno
En la tarde de
ayer, los misioneros se convirtieron en auténticos reporteros de la
interculturalidad de la Iglesia. En la mesa redonda de la tarde de ayer,
explicaron con su testimonio cómo hacen carne el diálogo interreligioso sobre
el que está versando la 69 Semana de Misionología de Burgos.
Luis Miguel
Avilés presentó la situación en Tailandia, donde el cristianismo dialoga con el
budismo. "Para mí la mejor expresión del diálogo es 'vaciar mi propia taza
de té y dejarla llenar por un sabor nuevo y distinto" explicó este
misionero, quien afirmó que ha encontrado en la meditación una forma de
encuentro con Dios. Después de sus años de experiencia, explicó que el diálogo
sólo es posible cuando se abre el corazón a lo diferente, y afirmó que había
conocido a monjes budistas que conocían perfectamente la figura de Jesucristo.
"Marché a oriente y llevo oriente en mi corazón. Me ha hecho purificar mi
fe cristiana, no digo 'corregir' mi fe, sino escuchar y entender que el
Espíritu sopla donde quiere y a dónde quiere'.
Desde la
Amazonía brasileña, donde convive con 23 pueblos indígenas diferentes que
hablan 18 lenguas, el misionero Luis Miguel Modino presentó el diálogo
interreligioso como 'inculturación'. Explicó que es muy fácil sintonizar con
los valores de los nativos: la importancia de los ancianos, el amor a la madre
naturaleza, etc. Modino afirmó que el universo indígena es excepcional para
hablar del Dios de los cristianos, ya que de hecho, muchos de sus relatos
míticos tienen mucho que ver con los judeocristianos. "Los obispos
locales, indígenas, nos insisten mucho en que debemos dialogar con el mundo
indígena y lo que ha formado parte de él", explicó. "Los catequistas
deben aprender la lengua indígena para relacionarse con ellos en su propia
lengua. Esta es la única manera de superar prejuicios y atavismos de
desconfianza."
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Fuente: Obras
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Para más información: Paula Rivas Chéliz
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