Los países jóvenes de la
ONU no quieren copiar el modelo de familia de los países envejecidos
Durante los tres últimos
años, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha aprobado resoluciones para la
protección de la familia.
En la última y reciente
resolución se aprueba la protección de la familia con un enfoque especial
hacia las personas con discapacidad, describiendo a la familia como el “grupo
fundamental de la sociedad y el entorno natural para el crecimiento y el bienestar
de todos sus miembros, y en particular de los niños”.
Curiosamente los
12 países en contra son, en su mayoría “occidentales”, mientras que los
defensores de la familia son los grandes bloques de Asia, África y
Latinoamérica.
En la resolución
denuncia que sigue sin tenerse debidamente en cuenta la contribución de la
familia a la sociedad y a la consecución de los objetivos de desarrollo, y se
reconoce que apoyar a la institución familiar tiene efectos positivos en la
promoción de los derechos de las personas con discapacidad, la disminución de
las tasas de abandono escolar, la promoción de la mujer y su igualdad con el
hombre, o la protección contra la violencia o el trabajo infantil, entre otras
causas.
La
familia en defensa de los discapacitados
Especialmente, la
resolución destaca el papel de las familias en la protección de los
discapacitados. Es en la familia donde estas personas son valoradas por sí
mismas: de ahí que este sea “el entorno primero y más inmediato donde pueden
desarrollar su potencial y disfrutar de una vida plena”.
Se dedican unos párrafos
a defender los derechos y la dignidad de las personas discapacitadas y presiona
a los Estados a “impedir cualquier forma de explotación, violencia o abuso”, y
a “prevenir la ocultación, el abandono, el descuido y la segregación de estos
niños”.
Estas advertencias son
una llamada de atención para aquellos países en lo que se practica el aborto de
fetos con diagnóstico de algunas enfermedades como el síndrome de Down.
Puntos
clave de desacuerdo
Los puntos clave de la
discusión continúan siendo los de las resoluciones de los años anteriores:
Un punto polémico, que parece
justificar la oposición de 12 Estados, es que el texto no recoge una referencia
a los distintos tipos de familia. En realidad, la queja se refiere a las
parejas homosexuales, y a la pretensión, una vez más, por parte
de los países envejecidos, de imponer la cultura de género.
En la resolución,
sin embargo, sí se menciona expresamente a los hogares monoparentales.
Por otra parte, algunos
Estados se quejan de que los textos no reconocen que los derechos humanos
corresponden a cada individuo, y no a la familia como grupo, lo que, según
ellos, podía contribuir al abuso de los más pequeños, o de las niñas, sobre
todo en determinadas culturas.
Pero, la resolución
recién aprobada destaca que los derechos de los padres conllevan también unas
responsabilidades, y que la crianza de los hijos debe orientarse siempre en su
interés superior. No hay contradicción entre apoyar a la familia y a cada
miembro en particular.
Fuente: Aleteia