LA PARROQUIA QUE QUITÓ LA CATEQUESIS INÚTIL, CAMBIÓ SU ESTRUCTURA Y ES MODELO DE RENOVACIÓN PASTORAL (I)

El párroco tomó conciencia de lo que explica el documento de Aparecida de 2007: "Hay que abandonar las estructuras caducas que no evangelizan"

José María Sánchez de Lamadrid es juez eclesiástico en la diócesis de Alcalá de Henares y, desde septiembre de 2007, párroco en la parroquia de Santo Domingo en Algete (parroquiasantodomingo.org), en una urbanización con unos 15.000 habitantes a unos 30 kilómetros de Madrid. 

En el Encuentro ENE 2016 de Nueva Evangelización se ha presentado lo que está sucediendo en esta parroquia, que muchos ven como un ejemplo de renovación pastoral eficaz.

Cuando José María llegó a la parroquia comprobó que unas 1.500 personas pasaban por las misas parroquiales cada semana y que mucha gente se confesaba. Había bastante vida sacramental y las familias llevaban a los niños a catequesis. En teoría, muchos párrocos en España estarían encantados ante este panorama.

Por debajo de la apariencia

Sin embargo, una mirada más atenta descubría carencias importantes. No había sentimiento de comunidad. Como en tantos otros lugares, los niños dejaban de ir a la iglesia tras la Primera Comunión, para desánimo de los catequistas. A las charlas de formación del nuevo párroco acudían pocas personas, siempre las mismas. Eran las mismas que participaban en otras actividades. En general, los feligreses eran meros consumidores de sacramentos, y por esa mentalidad de consumidores eran exigentes a la hora de pedir horarios, disponibilidades para sus bodas, comuniones, etc... 

La parroquia tenía aún gente porque la población de la zona incluye familias jóvenes. Pero cada vez habría menos. Y, siendo realistas, el 90% de los habitantes de la zona no se acercaban a la iglesia. Había que hacer algo. 

Todo empieza con la oración

En 2008 se pusieron en marcha dos iniciativas de oración, por impulso de unos feligreses: adoración nocturna los terceros viernes de cada mes (de la Adoración Nocturna Española) y un grupo de oración semanal para madres (Mothers Prayers), siguiendo un modelo nacido en Inglaterra en 1995, hoy extendido en  muchos países. 

"En estas oraciones se rezó mucho por la Nueva Evangelización, y creo que el fruto que vemos hoy nació aquí", explica el párroco. 

Con ganas de hacer "algo más" y avivar la fe en la parroquia, José María Sánchez de Lamadrid empezó a implantar Cursos Alpha (spain.alpha.org) en la parroquia. En enero de 2011 comenzó el primero. Cursos Alpha combinaba vídeos, predicaciones y cenas para anunciar la buena nueva de Cristo, el "kerigma" o primer anuncio. Los asistentes debatían en un entorno amigable y cordial y en grupos pequeños. Además, Alpha movilizaba a parroquianos adormecidos: los ponía a rezar, o a cocinar, o a acoger invitados a las cenas, o a hacerlo todo a la vez. 

"Con Alpha vimos que los que eran feligreses por mera costumbre se convertían en cristianos apasionados, te decían que ahora les llenaba leer la Biblia, que ven a Dios en lo cotidiano, que la misa les alimenta, que necesitan compartir la fe... así se creaba una verdadera comunidad cristiana, no un supermercado de sacramentos", explica José María.

En junio de 2011 visitó en Londres la parroquia anglicana de Holy Trinity Brompton, sede central de Alpha, acompañado de unos cuantos colaboradores. Volvieron todos entusiasmados y con ganas de evangelizar más y mejor.

Mientras la parroquia multiplicaba sus Cursos Alpha, en 2013 contactaban también con la entusiasta Escuela de Evangelización de Alcalá (kerygmadiocesisalcala.blogspot.com.es) y acogían una Semana de Evangelización, que ayudó a despertar a más feligreses. 

Ese año 2013 fue el año del "boom", del gran crecimiento. El párroco se sentó y apuntó las cifras:

- Curso Alpha de enero-abril 2011: 50 participantes
- Curso Alpha de octubre-diciembre 2011: 70 participantes
- Curso Alpha de otoño 2012: 100 participantes
- Curso Alpha Jóvenes primavera 2013: 25 chavales de 15 a 17 años
- Curso Alpha de otoño-invierno 2013: ¡¡¡170 participantes!! (en 2 casas grandes)
- Actividades del año: 35
- Celebraciones litúrgicas: 3.640
- Horas dedicadas a encuentros y reuniones: 2.850

Demasiado para un solo párroco, constató.

Eso sí, en un par de años, gracias a Alpha, se habían activado muchos parroquianos como colaboradores: ahora tenía 274 colaboradores laicos. 


La gran decisión: parar y cambiar estructuras

Entonces fue cuando tomó la decisión que hace especial a la parroquia de Santo Domingo de Algete. El párroco tomó conciencia de lo que explica el documento de Aparecida de 2007: "Hay que abandonar las estructuras caducas que no evangelizan". Y unas palabras de Benedicto XVI: “Debemos vencer la tentación de limitarnos a lo que ya tenemos o creemos tener: sería una muerte anunciada”. Además, como explicó en el ENE 2016 Tote Barrera, director de Cursos Alpha en España, "hay al menos dos estructuras caducas muy claras en España, que no funcionan: la iniciación y preparación para los sacramentos y la relación del párroco con los parroquianos heredada del siglo XVI". 

José María decidió dos cosas: 

1) hizo un parón para renovar la parroquia: para empezar, un curso sin catequesis para niños
2) reclutó y formó un equipo de 8-10 personas, laicos: el Consejo Parroquial de Evangelización

El Papa Francisco pedía una "renovación pastoral". Y eso implicaba cambiar "lo de siempre" cuando se había demostrado que no funcionaba.

Fuera catequesis: en su lugar, el Oratorio de los Niños

El caso más claro se dio en la catequesis infantil: fue sustituida por el Oratorio de los Niños, la experiencia creada por el padre Gonzalo Carbó en Valencia. (Detallada aquí en PDF) .

Los niños en la Parroquia de Santo Domingo ya no vienen a sentarse alrededor de una mesa, con unos libros, dibujos, lápices de colores y un formato que imita a la clase de religión de los colegios. Ahora los niños vienen a rezar a un oratorio, con velas y luz ténue. Cantan, oran. Escuchan la Palabra de Dios, se les explica el texto, las parábolas, las enseñanzas de Jesús. No vienen "para la Primera Comunión" sino para rezar. Y el resultado es asombroso: los niños siguen viniendo después de la Primera Comunión.

"Casi todo es oración y explicación orante y ya lo hacemos con niños de 6 años hasta 12 años", explica el párroco. Catequistas y familias están entusiasmadas e ilusionadas. "Ninguna abuela ni madre se queja de que no hagamos catequesis al uso: las abuelas y madres están encantadas porque ven que sus hijos y nietos rezan contentos y quieren venir".

Fuente: Pablo Ginés/ReL