Solo nuestro Padre Celestial pudo orquestar estos eventos, y estoy tan abrumada por la forma en que Dios elige revelar su obra a través de nosotros
La organización pro vida y profamilia Alliance
Defending Freedom publicó el
testimonio de Miriam Harding, una defensora de la vida que narra cómo a través
de algunas publicaciones que hizo en Facebook logró que una antigua amiga de la
secundaria desistiera de abortar al bebé que llevaba en su vientre.
Esta es la historia:
Entonces, le envié un pequeño mensaje preguntándole si aceptaría
un pequeño obsequio de mi parte: un poco de alimento y pañales. Recibí un
rotundo "¡Sí!" de su parte y nos pusimos de acuerdo para vernos.
Cuando visité a Sarah, yo todavía no era consciente de cómo Dios
había obrado en su vida meses atrás.
En medio de nuestra conversación, ella me dijo: "no puedo
creer cómo pude considerar ‘otras opciones’”. Cuando le pregunté a qué se
refería, me enteré de que Sarah estuvo comprometida con un hombre por varios
meses, y pocas semanas después de romper el compromiso, descubrió que estaba
embarazada.
Sarah quedó devastada tras los acontecimientos, y lo que es peor,
su ex novio le dijo que no quería saber nada de ella o del bebé. Aquella
experiencia se convirtió en el perfecto cliché: su ex novio le dijo que se
“deshaga del bebé".
Fue entonces cuando Sarah consideró programar el día para
realizarse el aborto. Sin embargo, algo la detuvo: vio varios de mis post en
Facebook sobre videos que denunciaban a Planned Parenthood, la corporación
abortista más grande de Estados Unidos; blogs; y artículos provida de Alliance Defending Freedom.
Cada vez que Sarah consideraba el aborto, mis publicaciones
regresaban a su mente. Ella solía proyectar una imagen en la que yo
“participaba de una protesta contra Planned Parenthood y sostenía un cartel con
la ecografía de mi hijo, al costado de otra foto actual de éste”.
Después de tener estos pensamientos, Sarah sacó su ecografía
obtenida pocos días antes en un centro médico. Se quedó mirando al pequeño bebé
en blanco y negro, y se preguntó cómo se vería en tan solo unos meses.
Después de observar una y otra vez el ultrasonido, durante cuatro
días, Sarah decidió que el aborto ya no era una opción.
Al concluir su historia colocó a su recién nacido en mis brazos, y
solo opté por dar gracias a Dios por la nueva vida. En cierto modo, sentí que
yo sería en parte responsable de cuidarlo por el resto de mis días.
Sarah nunca tuvo la intención de que se diera a conocer su
experiencia, y desde luego no esperaba que yo lo hiciera.
Fue en el momento en que Sarah estaba en el hospital y recibió en
sus brazos a su bebé recién nacido, cuando recibió el mensaje de mi parte, de
aquella chica de la secundaria cuyos post de Facebook la ayudaron a cambiar de
opinión sobre el aborto, de ese alguien que apenas conocía, y que al poco
tiempo apareció nuevamente con una oferta de alimento y pañales, precisamente
al día siguiente del nacimiento de su pequeño.
Solo nuestro Padre Celestial pudo orquestar estos eventos, y estoy
tan abrumada por la forma en que Dios elige revelar su obra a través de
nosotros. Lo que es un impresionante recordatorio de que no sabemos el impacto
que nuestras vidas puedan tener sobre los que nos rodean.
Espero que celebres conmigo esta victoria de la vida, una victoria
lograda únicamente por la gracia de Dios.
El nombre del pequeño es Edwin.
Fuente: ACI