Es lo que
sucede en Dacca, en el monasterio budista de Dharmarajika, donde hace seis años
que los religiosos locales donan cajas de comida a los fieles islámicos para
que ellos puedan interrumpir el ayuno después del crepúsculo.
Buddhapriya Mohathero, asistente del director del
monasterio, explica a AsiaNews: «Hemos lanzado esta
iniciativa con un espíritu insólito. Madre Teresa dijo que se encuentra a Dios
sirviendo a los hombres, y nosotros fuimos inspirados por este mensaje».
El monje afirma que las cajas para el Iftar son distribuidas a
los musulmanes más pobres, que viven en las cercanías del monasterio y que no
pueden permitirse comprar comida. Muchos de ellos trabajan
arrastrando los risció (taxis-carritos, que son tirados a mano) y viven la
jornada como pueden: «Durante el sagrado Ramadán- cuenta Buddhapruya Mohathero-
cada día entregan quinientas cajas para el Iftar».
Los paquetes, informan los monjes, contienen
comidas típicas del Iftar bangladesí, como las patatas cortadas
en pedazos, peyaju (guiso de cebollas) y beguni (hecha con berenjenas),
chhla-boot (lentejas), muri (arroz al vapor) y jalapi (un dulce hecho con
jarabe de azúcar).
Comerlas da gusto
Abdul Hamud, un musulmán, afirma: «Vengo cada día
para recoger el Iftar y ellos los donan con sinceridad. Estoy muy agradecido a
estos monjes». Farud Islam, otro fiel islámico, parecía la cocina de los
budistas: «Las comidas que ponen en las cajas son muy buenas, comerlas da gusto».
Shuddahananda Mahathero, otro monje dice: «Creemos en la
paz que viene de la armonía pero los lamentos de las minorías en Bangladesh son
cada día más fuertes. Nuestro país pertenece a todas las
personas de fe y no pensamos estar haciendo mal a nadie- Entonces, ¿por qué
somos perseguidos?»
El religioso explica que el budismo está presente
en Bangladesh desde hace miles de años, pero sus fieles son una minoría (cerca
del 0,7%) y su número está en continua disminución.
El monasterio de Dharmarajika fue fundado en 1960 y
es
muy famoso en Dacca por las obras que son llevadas a cabo por los monjes en el
ámbito social. En las instalaciones, los religiosos cuentan con
un orfanato, una escuela y una clínica.
Fuente: Asia New/ InfoCatólica
