Compartiendo cajonera
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
Hoy quiero compartir contigo mi cajonera de oración.
En ella tengo las cosas más variadas, desde el rosario a la Biblia, pasando por
las pinturas y los libros de lectura.
Con el inicio del Año de la Misericordia, nuestro
sacerdote nos recomendó un libro de Raniero Cantalamessa (Predicador de la Casa
Pontificia): "El rostro de la misericordia". Reconozco que el primer
capítulo se me atragantó por completo. Pasado un tiempo, lo he retomado y...
¡estoy emocionada! Por ello, hoy quiero dejar que sea él quien nos lleve al
Señor:
«[Uno de los principales problemas] es la imagen
distorsionada que se tiene de Dios, causa de un cristianismo apagado, sin
empuje y sin alegría, vivido más como deber que como don.
¿Cuál es la imagen predefinida de Dios en el
inconsciente humano? ¿Qué sentimientos brotan espontáneamente de ti, antes de
toda reflexión, cuando, al recitar el Padrenuestro, llegas a las palabras
"hágase tu voluntad"? En general, quien pronuncia esta frase inclina
interiormente la cabeza, resignado, como preparándose para lo peor.
No se piensa que la voluntad de Dios es llamada en el
Nuevo Testamento "eudokia", es decir, voluntad buena, benevolencia;
por lo que decir "hágase tu voluntad" es como decir "que se
cumpla en mí, oh Padre, tu designio de amor".»
¿Y a ti? ¿Te pasa esto? ¡Pues que no te baje el ánimo!
Ya ves que, simplemente, es un "error automático en nuestro sistema",
como otros tantos de nuestra naturaleza caída... ¡¡y Cristo cuenta con ello!!
Sabe que quisieras confiar al 100%, pero que, a veces, te tiemblan las rodillas
de vértigo... Él no se asusta por ello, ¡sino que te ofrece a cada paso su
Mano, invitándote a confiar de nuevo!
Hoy el reto del amor es rezar un Padrenuestro muy
despacio, fijándote en la frase "hágase tu voluntad". Te invito a que
hoy la reces siendo consciente de que esa voluntad que pides que se cumpla es
la voluntad de la Persona que más te ama en el mundo, que sueña con verte feliz.
¡Hoy vive confiado en su amor!
¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma