Invitados por nuestra Parroquia, un grupo de adolescentes y jóvenes de la Parroquia de Cuéllar, nos deleitaron con una magnífica adaptación del musical “33”, de Toño Casado
Si buscamos en la Historia de la Humanidad un
personaje sobre el que más expresiones de arte: pintura, escultura, literatura,
música, teatro, cine, han tenido su motivo de creación, sin duda y a mucha
distancia de cualquier otro, encontraremos uno: Jesucristo. No sólo para sus
seguidores, o los que cada día tratamos de serlo. No importa la cultura, el
país, la lengua, la edad, la posición social o económica.
No es ni siquiera
condición imprescindible la fe para percibir y reconocer el atractivo, el significado
universal e imperecedero de Jesús y su mensaje. La figura, la persona de
Jesucristo supone una Palabra definitiva de Dios al hombre.
Por tanto, es una
Palabra viva para todo hombre, para todo el hombre, de cualquier época y lugar.
Nuestro encuentro con Él, jamás deja indiferente, sea cual sea nuestra
respuesta personal a su presencia interpelante.
Los cristianos solemos responder a su llamada
con frecuencia en la oración, en los sacramentos, en la práctica consciente del
amor al prójimo. Pero también hay lugares, espacios y lenguajes en los que es
posible y siempre saludable, ese encuentro con Jesús, sin que suponga
necesariamente una aceptación de la fe. Me refiero a ese terreno señalado más
arriba, esa dimensión sublime que es el arte.
El sábado pasado, día 14 de mayo, tuvimos en San
Cristóbal, la suerte de poder experimentar un encuentro de estas
características. Invitados por nuestra Parroquia, un grupo de adolescentes y
jóvenes de la Parroquia de Cuéllar, nos deleitaron con una magnífica adaptación
del musical “33”, de Toño Casado. Los de Cuéllar han titulado su adaptación
“Jesús, la historia de un héroe”, seleccionando las canciones más
representativas del citado musical original. Para completar el relato que las
mismas canciones y coreografía van realizando, el grupo de Cuéllar ha
introducido un texto leído como voz en off, al comienzo de cada canción, para
ayudar al público a situar y contextualizar correctamente el contenido de la
canción con relación a la figura y mensaje de Jesús.
El musical original supone una apuesta seria y a
la vez creativa, vivaz, respetuosa y fiel al Jesús de la fe, pero a la vez
actual. En este sentido, se aleja rotundamente de otros musicales que en el
pasado ofrecieron propuestas atrevidas sobre Jesús. Es el caso de Godspel o
Jesucristo Superstar. En el musical “33” las letras están muy trabajadas y
contienen muchos momentos brillantes que invitan al espectador a repensar o
saborear sus propios conocimientos y posición personal sobre este Jesús,
Palabra definitiva e inagotable que decíamos más arriba. Después de un fugaz
estreno en Madrid en 2014, no ha seguido representándose. Según palabras del
propio autor, quien asistió personalmente con nosotros, próximamente se va a
retomar la presentación “profesional” del musical.
En San Cristóbal, la representación fue en modo
“play-back”, es decir, utilizando el sonido original grabado en CD. Pero el
trabajo escenográfico, coreográfico, de vestuario, luces, etc., es una
maravilla, teniendo en cuenta que no son profesionales en absoluto. Son
estudiantes, de Colegio, Instituto, Universidad. Se notaba que han tenido un
proceso de preparación y ensayo importante. En este proceso, es digno de
mención el apoyo y tesón de padres, madres y sacerdotes de la Parroquia, además
del propio de los actores, cerca de treinta. Ya lo representaron en Cuéllar el
año pasado con éxito.
Este año, con la mirada puesta en la Jornada Mundial de
la Juventud en Cracovia, lo han retomado y presentado en cuatro ocasiones. La
nuestra ha sido la quinta y última. La recaudación y donativos recibidos va
destinada a ayudar a los jóvenes que asistirán al citado evento este verano. A
propósito, diremos que en España son más de 30.000 y de nuestra Diócesis, más
de cien jóvenes, en dos grupos los que ya están inscritos para participar.
Sólo un apunte final sobre el espectáculo del
musical. Un agradecimiento sincero a D. César, nuestro Obispo, que tuvo el
detalle de acompañarnos con su presencia y dirigir una palabra cariñosa al
final, a los actores y al público. También agradecemos desde aquí al
Ayuntamiento de San Cristóbal las facilidades para poder realizar este evento
cultural en el Auditorio, así como su difusión desde los medios municipales.
Gracias al grupo de Teatro Candilejas, que prestó su equipo de iluminación.
Gracias a todos y ¡enhorabuena! por este magnífico encuentro.
Antonio-María Sanz de Frutos.