La
verdadera esperanza cristiana es la certeza de saber que nada nos podrá apartar
del amor de Cristo
El Espíritu no hace que todo parezca bonito, no
elimina el mal con una varita mágica, sino que infunde la auténtica fuerza de
la vida, que no consiste en la ausencia de problemas, sino en la seguridad de
que Cristo, que por nosotros ha vencido el pecado, la muerte y el temor,
siempre nos ama y nos perdona, explicó el Papa en la Vigilia Pascual 2016, en
la que reflexionó sobre la verdadera esperanza cristiana, como un don que Dios
nos da si salimos de nosotros mismos, como hizo Pedro, que fue corriendo y por
eso pudo ver la tumba de Jesús vacía.
“No permitamos que la oscuridad y los miedos atraigan
la mirada del alma y se apoderen del corazón –dijo el Papa-. Escuchemos las
palabras del Ángel: el Señor “no está aquí. Ha resucitado”… Este es el
fundamento de la esperanza, que no es simple optimismo, y ni siquiera una
actitud psicológica o una hermosa invitación a tener ánimo. La esperanza
cristiana es un don que Dios nos da si salimos de nosotros mismos y nos abrimos
a él…
El Espíritu no hace que todo parezca bonito, no
elimina el mal con una varita mágica, sino que infunde la auténtica fuerza de
la vida, que no consiste en la ausencia de problemas, sino en la seguridad de
que Cristo, que por nosotros ha vencido el pecado, la muerte y el temor,
siempre nos ama y nos perdona. Hoy es la fiesta de nuestra esperanza, la
celebración de esta certeza: nada ni nadie nos podrá apartar nunca de su amor”.
Por Guillermo Ortiz