Mi casa parece un zoo
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
A parte de las mascotas habituales del monasterio, en estos días se ha
ampliado la familia. Hace unos meses llegaron las cigüeñas, de nuevo, de vuelta
al campanario. El gato, más vago que el sastre de Tarzán, ha decidido dejar que
los ratoncillos se apropien de la huerta. Contamos con las palomas de la
fachada y, cómo no, con Jubi, la perrita...
Pero, como con el Señor siempre hay sitio para más, hace dos días... ¡las
tortugas han empezado a despertarse!
Es impresionante. Llevo fijándome varios años, y siempre se cumple: a
partir del Domingo de Resurrección, ¡toda la naturaleza se llena de vida! Se
acaba el invierno, empieza la primavera. No importa cuánto llueva. Poco a poco,
¡toda la Creación se une a celebrar la Pascua!
Los cincuenta días del tiempo pascual están a punto de terminar, ¡pero la
alegría no se acaba!
No sé cómo habrás vivido este tiempo pascual, pero, si ves que se te está
escapando entre los dedos, no te preocupes. Aunque sea como las tortugas, al
final, ¡únete!
Cristo está deseando llenar de primavera tu vida. Él ha puesto miles de
dones y posibilidades en tu corazón en forma de semilla. Lo único que te pide
es que te dejes guiar por Él, que las riegues con la lluvia del amor... ¡y
verás que todo florece!
Hoy el reto del amor es sacar una sonrisa. Te invito a que hoy pases un
rato con Cristo, pídele sentir realmente que está vivo: ¡Él camina a tu lado!
Su amor sacará de ti tu mejor sonrisa... ¡y ahora te toca a ti hacer lo mismo!
Hoy haz sonreír a una persona, ¡contagia la alegría de la Resurrección! Como
con las tortugas, ¡para Cristo nunca es tarde! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma