Desorientadas
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ya llevamos dos días en Caleruega y ya estamos como en casa. Sin embargo,
cuando llegamos teníamos una sensación extraña, pues nos sentíamos perdidas.
Si íbamos hacia la capilla, aparecíamos en el refectorio; bajamos hacia la
huerta siguiendo supuestamente las indicaciones que nos dieron y, al abrir la
puerta, nos topamos con un cuarto de limpieza; al ir al baño fue una celda lo
que encontré; o, al subir las escaleras, nos detuvimos en un pasillo que no era
el nuestro...
¡Qué sensación! Venimos acostumbradas a un mismo espacio, a saber dónde
están las cosas, cómo funciona todo y ahora es sentirnos perdidas, pequeñas y
necesitadas de los demás.
Muchas veces las seguridades nos hacen autosuficientes, buscamos hacer
aquello en lo que sabemos que acertaremos. Eso nos sirve para movernos siempre
en la misma dirección por miedo a parecer menos. Sin embargo, si queremos
seguir avanzando, necesitamos de los conocimientos, de las habilidades y dones
que el Señor ha regalado a los demás.
No esperes a verte en una situación en la que la necesidad te obligue a
acudir al Señor o a los hermanos. Descubre caminos nuevos y sorprendentes que
por ti mismo nunca podrás transitar, pues te llevarán al cuarto de limpieza en
lugar de a la huerta, al pasillo equivocado en lugar del que buscas...
Hoy el reto del amor es que digas al Señor que te ponga delante una
situación en la que tengas que pedir ayuda, y pídela sin coger el camino que tú
creas. Confía en el Señor, confía en los hermanos.
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma