Agradece
abundantemente a Dios por todo esto que se te ha regalado
Enseguida te presento un breve recordatorio enumerado,
de todas las Gracias que han fluido en ti y te han sido entregadas desde el día
de tu bautismo. Contiene también caminos prácticos que pueden activar todas
estas Gracias.
Recuerda tu fecha de bautismo y agradece
abundantemente a Dios por todo esto que se te ha regalado:
1) Ser hijo de Dios Padre.
Reza el Padrenuestro pensando en su profundo
significado. Reconócete con este parentesco. A través del bautismo tú eres un
verdadero hijo de Dios.
2) Ser hermano de Jesucristo.
Conoce, ama y sigue a Jesús todo el tiempo. ¿Cuál
“nombre” con los que se le ha llamado a Jesús, te atrae más?
3) Ser amigo del Espíritu Santo.
Él es tu más íntimo y constante amigo. ¿Cuál nombre
que se le ha dado, te atrae más?
4) La Fe.
Haz crecer tu fe estudiando aún más. Ten sed de
conocer tu fe, cada vez más y más.
5) La Esperanza.
En este año de la Divina Misericordia, lee el diario
de Santa Faustina y ¡Confía en Dios! Durante las pruebas, cree en Dios aún más.
Di: “JESÚS, EN TI CONFÍO”
6) La Caridad.
Esfuérzate por amar a Dios desde una oración más
profunda, pero a la vez, a través del amor a tu prójimo. Contempla a Jesús
colgado en la Cruz por amor a ti y por amor a mí.
7) La Justicia.
Aprende a ser justo contigo mismo y con los demás.
Según Santo Tomás de Aquino “La justicia es dar a cada uno su parte”.
8) La Templanza.
Ofrece a tu cuerpo una alimentación correcta, el
necesario descanso y el ejercicio adecuado. Aprende que la virtud descansa
entre estos dos extremos (Aquino y Aristóteles)
9) La Prudencia.
Aprende y aplica los tres pasos para realizar una obra
o tomar una decisión con cautela: 1) Piensa, 2) Decide y 3) Actúa. Permite que
esta virtud se perfeccione a través del Don del Consejo. Ora por el gran poder
de tomar buenas decisiones basadas en la fe y en la razón. Lee la encíclica
“Fides Ratio” (La Fe y la Razón) de San Juan Pablo II.
10) La Fortaleza.
Soporta pacientemente las cosas malas que Dios permite
entrar en tu vida en imitación a Cristo, por tu propia perfección, así como por
la salvación de las almas. Pide la intercesión de los mártires, ellos son brillantes
ejemplos de la paciencia en el sufrimiento.
11) La Gracia Santificante.
¡Permite que la Gracia de Dios permee toda tu vida!
Pídelo a la “Llena de Gracia”, Nuestra Señora. Ábrete a las inspiraciones
celestiales de Dios.
12) Te hace miembro de la Iglesia.
En este momento estás unido al cuerpo místico de
Cristo. Diles a los demás que amar a Cristo es amar a la Iglesia, que es su
cuerpo místico.
13) El Exorcismo.
Renuncia a Satanás y a todas sus obras en todo
momento. Ora a San Miguel, San José y también a San Benito.
14) Ser una vela ardiente.
Sé una luz para el mundo, esto significa dar un buen
ejemplo. El lema del Movimiento Cristiano: "Es mejor encender una vela que
maldecir la oscuridad".
15) El Cielo.
Reconoce que a través del bautismo estás llamado a ser
seguidor de Cristo, lo que significa llegar a ser un santo. El final del viaje
de todos los santos es el cielo. Alégrate que tu nombre se encuentra escrito en
el cielo, en el Libro de la Vida. Vive entonces de acuerdo con esta dignidad. ¡Conviértete
en un santo!
Por: Padre Ed Broom, OMV