Acuerdos sobre aborto y
defensa de la vida y la familia, cristianos perseguidos y libertad religiosa,
raíces cristianas de Europa...

Al mismo tiempo, el comunicado defiende la vida y el derecho de
nacer:
“Millones de bebés están privados de la propia posibilidad de ver la luz. La
sangre de los niños no nacidos pide a gritos a Dios que haga justicia”, y cita
el Génesis (4, 10). Asimismo, se
rechaza la eutanasia y la manipulación genética, por ser un “ataque contra los
fundamentos del ser de la persona creada a imagen de Dios”.
Un punto clave es la defensa de la libertad religiosa,la cual es conculcada en
muchos países, y en especial los laicistas o los de religión única y exclusiva,
que con su agresividad quieren empujar
a los cristianos “a la marginación en la vida pública”. Junto a eso, con la caída de los
“regímenes ateos” comunistas, se han abierto en esos países, una vez libres,
miles iglesias, conventos, seminarios y numerosísimas actividades caritativas y
sociales, asistiendo a los más necesitados. “Europa
–dice el comunicado- “debe mantener la fidelidad a sus raíces cristianas”. El Papa y el Patriarca afirman también
su decisión de que la religión debe respetar las costumbres e idiosincrasia de
todos los países donde están presentes, lo que parece indicar un guiño a China.
Esta declaración es todo un programa de acción pastoral que se
enfrenta al mundo secularizado para aportar la semilla del Evangelio por parte de las dos iglesias cristianas más importantes del
mundo, que se comprometen a trabajar juntas con todos los fieles para llevar a
cabo esta ingente tarea de extender el Reino de Dios por el mundo.
Las dos grandes iglesias cristianas
son conscientes de las dificultades y de lo que les separa, pero apelan a los
mil primeros años de unidad, para volver a remar juntas, mil años después, en
favor del Evangelio, conscientes de que la Iglesia de Jesucristo tiene su base
en la unidad. En el comunicado se rechazan “todas las formas de proselitismo”,
pues las relaciones entre ortodoxos y católicos debe basarse en el respeto
mutuo. “No somos competidores, sino hermanos”.
Sobre el proselitismo,
conviene señalar que sacerdotes ortodoxos se pasaron a la Iglesia de Roma, en
parte ante la pasividad y poca beligerancia que las altas jerarquías ortodoxas
tenían con las políticas de implantación del ateísmo por parte de los regímenes
comunistas.
Se trató en el comunicado el tema de la paz, pidiendo el fin de la
guerra y de la persecución de los cristianos y de otras religiones en el
Oriente Medio, en especial en Irak y en Siria, donde millones de familias han
tenido que emigrar y se han matado a otras –familias enteras—por no apostatar
de la fe, dando un ejemplo de martirio en los tiempos actuales. El Papa de Roma
y el Patriarca de Moscú han hecho un llamamiento a todas las partes implicadas
en el conflicto que cesen las armas y se vuelva a la paz. Los cristianos han
vivido en paz, junto a las otras religiones, durante dos mil años. ¿Por qué no
ahora?
Y junto a la paz en Oriente
Medio, también el Papa y el Patriarca invocan la
paz en Ucrania. En este país, los ortodoxos se encuentran divididos en varias
facciones que
luchan entre sí, más por motivos políticos (nacionalistas ucranianos y rusos)
que por motivos religiosos. El comunicado dice que esperan que “la división
entre los creyentes ortodoxos en Ucrania sea vencida sobre la base de las
normas canónicas existentes, que todos los cristianos ortodoxos de Ucrania
vivan en paz y armonía y que las comunidades católicas contribuyan a ello”.
Finalmente, el Comunicado
Conjunto desea una colaboración entre católicos y ortodoxos para extender el
Evangelio por el mundo. “Este
mundo, en el que de están socavando rápidamente los fundamento morales de la
existencia humana, espera de nosotros el fuerte testimonio cristiano en todos
los ámbitos de la vida personal y social”. Y añade: “De esto depende, en gran
medida, el futuro de la humanidad”.
Las dos iglesias cristianas
más grandes del mundo han iniciado un camino hacia el deshielo, la colaboración
y con la vista puesta en una unión futura, que hoy se concreta en la
colaboración recíproca en los ámbitos de acción social y pastoral.
Otro hecho que causa sorpresa
a los periodistas europeos es el modo de informar de los órganos oficiales
cubanos, desde la prensa, la radio y la televisión. Se parece al estilo
soviético utilizado en la época de Stalin. Según estos –o mejor dicho según el
régimen cubano—el Papa es el Jefe del Estado del Vaticano y no el jefe de la
Iglesia Católica. Y así cuando afirman que el papa Francisco va a México, dicen
los cubanos oficiales: El papa Francisco saldrá para México enuna
visita de Estado”. Pensamos que al papa Francisco se le funde
el corazón y la inteligencia si se le dice que va a México en una “visita de
Estado”.
Fuente: Aleteia