Puedes decir cosas que no funcionan de mi familia,
puedes hacer una crítica constructiva, pero con respeto
Quiero creer que cuando me siento ofendido en mi
sentimiento religioso, lo es por desconocimiento del valor que tiene lo sagrado
para quien ofende. Por eso me gustaría explicaros que relación guardo con las
cosas sagradas, con una comparación imperfecta.
Lo sagrado es algo que me trasciende, que me
transforma y me hace ser quien soy.
Dios forma parte de mi familia, y es mucho más. De
hecho, mi familia y yo mismo seríamos muy distintos si creyera que Dios no
existe.
Ahora entiende que si yo encontrara las fotografías de
mi padre en una exposición donde se ríen de ellas por pertenecer a mi familia,
no me guste; si una viñeta hace una caricatura de mi madre riéndose de ella, me
moleste, etc… Más aún, me enfadará mucho. Y lo peor es que perdonar eso
requiere que mi padre te perdone primero, y yo después.
Mi padre, Dios, te perdonará (siempre y cuando te
arrepientas), y yo lo haré también, pero sabe Dios que me costará.
Puedes decir cosas que no funcionan de mi familia,
puedes hacer una crítica constructiva, pero con respeto. No puedes reírte de
ella ni faltarle al respeto sin que yo me sienta ofendido. Y la culpa no es que
mi piel sea sensible, es que quién hace eso sabiendo lo que representa es algo
más que un maleducado.
Ahora que te lo he explicado, ruego respetes las cosas
que me son sagradas. Si quieres hacer una crítica, hazla, pero desde el
respeto. Si me ofendes, cuando nos veamos cara a cara recordaré que eres mi hermano y
lo mucho que te aprecio.
La tolerancia no es una virtud que sólo deban tener
los católicos para aguantar, también es tolerancia respetar las creencias y
pensamientos de los demás.
Fuente: David Crespo de Frutos.
