La postura
Hola, buenos días, hoy Inés nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
Desde hace un tiempo hasta ahora, varias hermanas de
la comunidad han necesitado hacer rehabilitación, e incluso ir a un médico
osteópata (de esos que te colocan los huesos con un golpe o contorsión fuerte).
Al ver a los de alrededor, una acaba planteándose:
"¿Y yo? ¿Mi postura necesita algo de eso?"
Entonces empecé a estudiarme, y he descubierto que tengo tendencia a inclinarme hacia la derecha y reposar o sujetar mi cuerpo en algún punto de apoyo: pared, silla, dintel de una puerta... una postura viciada que se me ha hecho natural. Siempre he pensado y explicado que es debido a que mis pies son pequeños para mi estatura, y no tengo estabilidad. En realidad lo que ocurre es que me es cómodo estar apoyada y lo he hecho mío. Estos días he decidido hacerme consciente de que tengo dos puntos de apoyo y que he de usarlos bien, cuidando de volver a la postura original. No es tan difícil, es querer.
Entonces empecé a estudiarme, y he descubierto que tengo tendencia a inclinarme hacia la derecha y reposar o sujetar mi cuerpo en algún punto de apoyo: pared, silla, dintel de una puerta... una postura viciada que se me ha hecho natural. Siempre he pensado y explicado que es debido a que mis pies son pequeños para mi estatura, y no tengo estabilidad. En realidad lo que ocurre es que me es cómodo estar apoyada y lo he hecho mío. Estos días he decidido hacerme consciente de que tengo dos puntos de apoyo y que he de usarlos bien, cuidando de volver a la postura original. No es tan difícil, es querer.
Todo esto me ayuda al traspasarlo a la vida espiritual, pues he caído de nuevo en la cuenta de que Dios me ha creado con inmenso amor tal como soy y con las posibilidades de ser plena; pero, a veces, por mil motivos, me voy acomodando a lo que me rodea, o me agrada, o me es cómodo... y, en el fondo, voy torcida por la vida.
Veo que la clave espiritual consiste en dejarse
iluminar por tantos medios que el Señor utiliza, ser lo suficientemente pobre
para aceptar que llevas algo torcido, querer ponerte derecha y acercarte a
Cristo. Él nos ofrece en su Iglesia los remedios propicios y necesarios para
retomar la postura correcta, que no sólo te va a hacer ir derecha en tu propio
ser, sino que vas a experimentar lo feliz que eres colgado de Aquel que ha
aportado para ti todo lo que necesitas y no puedes lograr por tus medios.
Me viene al pensamiento el episodio de Sto. Tomás de
Aquino, a quien su hermana pequeña le pregunta: “Tommaso ¿qué hay que hacer
para ser santa?” y la respuesta fue: "Querer". Sí, si lo quieres de
verdad, ya has abierto la puerta a Cristo, que te regala lo demás.
El reto de hoy es pedirle a Cristo que te ilumine qué
postura tienes y, sobre todo, pídele que te muestre cuál es tu postura
correcta. Hoy te invito a que te pongas en sus manos... ¡y dejes que Él haga
maravillas en ti!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma
