Todo es nuevo bajo el sol
Hola, buenos días, hoy Inés nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
Pocas veces a las monjas se nos presenta un viaje de
aventura (a no ser en la imaginación o en el espíritu)... Pues a sor Carmen le
ha tocado ir a Roma para la clausura del Año de la Vida Consagrada.
Pues bien, al revisar sus documentos, se dio cuenta de
que se le caducaba el DNI. La cita más próxima para renovarlo se la dieron en
Aranda de Duero, ciudad industrial que sólo conocíamos de paso. La Priora me
envió para acompañarla, y con ello tiene lugar una nueva muestra de la Divina
Providencia.
Al bajar allí del autobús, preguntamos al primer
hombre que encontramos... y se convirtió en un ángel, que no sólo tuvo la
amabilidad de indicarnos y acompañarnos un trecho, sino que se volvió a buscar
su coche para llevarnos a renovar el DNI y de vuelta hacia la estación,
pasándonos por varias iglesias. Esto es inimaginable, te parece que estás
soñando o en el País de las Maravillas... lo cierto es que manifiesta el
cuidado exquisito y constante de Dios sobre cada instante de nuestra vida.
Y yo me pregunto: ¿cuántas cosas nos perdemos al dar
por hecho que cada día sale el sol, que podemos ver, oír, pensar, amar, reír,
comer, etc…?
Cuando nos ocurre algo extraordinario nos admiramos y
alabamos al Señor porque le percibimos tan cerca, tan fiel y providente... Y,
sin embargo, cada día su Amor es incontenible hacia nosotros, nos mantiene en
la existencia y nos salva, nos perdona y nos regala la salvación, pues se carga
Él con lo que nos pesa y destruye: el pecado y el mal. Sólo hemos de darnos
cuenta, porque cada día nos conduce y acompaña, nos lleva en su coche y nos enseña
lo más bello.
Hoy el reto es que disfrutes de su compañía y también
de sus dones, dándole gracias por su Amor continuo.
VIVE DE CRISTO
